Cubanos opinan sobre las restricciones en los vuelos desde EEUU

Desde hace dos días entraron en vigor las restricciones en los vuelos anunciadas el pasado 25 de octubre. ¿Qué opinan los cubanos de la isla?

Volvieron a darle agua al dominó. Aquel anuncio del 25 de octubre era un aviso certero. La administración estadounidense ya hizo oficial, desde el pasado 10 de diciembre, las restricciones de los vuelos para un destino diferente al de La Habana. Han quedado fuera los otros nueve aeropuertos internacionales del país.

El objetivo principal de la medida, según el Departamento de Estado, es impedir que el gobierno cubano obtenga acceso a divisas de los viajeros del norte que se alojan en los centros turísticos estatales. Antes habían sido la prohibición de los cruceros y ahora los vuelos. ¿Qué se comenta de la reciente medida en las calles?

Si de economía se trata, para algunos le han devuelto el alma al cuerpo. Débora, vendedora de artesanía en la calle Obispo, lo ve como una ventaja. “Quizás si la entrada ahora es por la capital hagan estancia para conocerla y mejore un poquito el negocio. Los ingresos han disminuido demasiado, los visitantes extranjeros actuales no compran. Se ha perdido calidad y cantidad”.

Para Oscar, un comerciante de arte, tal vez esto levantará su negocio que comenzó hace nueve meses y se ha mantenido parcialmente cerrado. “Hasta ahora estaba mal, pero quien sabe si quienes iban a los cayos deciden no continuar viaje, se deslumbran con La Habana y podemos sacar algo”.

Sin embargo, más allá de las repercusiones comerciales o políticas de la noticia están las humanas. Para las familias la disposición es triste.

Dice Mirian que su niño la llamó ayer para alertarla de lo que sucedía. “Llegaba el 26 por Varadero para pasarnos el fin de año juntos allá. Hace rato que no viene para aprovechar esta fecha y ahora no sabe qué hacer”, reclama.

A los habitantes de la isla les preocupa que cada vez se reduzcan más los viajes. “Tanta gente ahora para un solo lugar y una misma aerolínea. Se pondrá imposible reservar un pasaje”, afirma Ana. Ahora, los que están en tierra americana les tocará escoger entre los cumpleaños, el Día de las Madres o cualquier otra fecha importante para llegarse nuevamente por casa.

“Jugar con el sentimiento ajeno es de lo más insensible que existe. Nos tiraron un jarro de agua fría, y un mes como diciembre. Para este pueblo nunca escampa. Aquí se sabe cómo te acuestas, pero no cómo te levantas. La familia no se toca. ¿Qué hacemos los del interior, pasar más trabajo? Tenemos que venir en cualquier cosa de allá para el dinero utilizarlo en el alquiler del carro de vuelta”, declara Maritza, de Ciego de Ávila.

Francisco tiene 60 años, vive en Santiago de Cuba y siempre ha ido a buscar a su hijo al aeropuerto. “Esta vez no va hacer diferente, voy a la ‘conchinchina’ si hace falta”.

Vladia Rosa García