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Cuba

Caso Karla Pérez suma a cubanos en campaña No más destierros

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Cubanos se movilizan a través de la plataforma Change.org en solidaridad con Karla Pérez y le dicen al llamado “Puesto a dedo” que es hora ya de cesar el abuso.

La firma es este grito: ¡No más destierros!

Una campaña en la plataforma Change.org ha comenzado a sacudir las redes. La misma busca que se restituya el derecho a tener derechos en Cuba, conmovidos todos -nuevamente conmovidos por algo- tras la negativa del gobierno cubano de permitirle la entrada a su país a la joven periodista cubana Karla Pérez González. En el texto, publicado en Change todos piden lo siguiente: No más destierros.

“Cuba, no más destierros!” es el título del pedido iniciado por otra “exiliada” cubana: la joven Salomé García Bacallao.

García Bacallao inició la petición dirigida a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, gobernante del país que ayer, en la voz de un funcionario sin nombre le comunicó a las autoridades de Copa Airlines, en Panamá, que Karla María Pérez González no podía regresar.

La joven estuvo en un limbo migratorio durante unas doce horas en Panamá, país del que logró salir gracias a las presiones ejercidas en los medios y redes sociales. Karla Pérez regresó eventualmente a Costa Rica, nación a la que llegó y debió pedir asilo, sin que esta hubiese sido siquiera una opción para ella cuando arribó a tierras ticas en el año 2017.

“Yo nunca dije que iba a quedarme; siempre he tenido en mente regresar. Allá está mi mamá, mi padre y mi hermana. Es mi país”, dijo Karla en febrero a este redactor, cuando ella le comunicó sus intenciones de regresar a la isla en el mes de marzo o en abril. Para esa fecha, mediados de febrero, Karla no tenía pasaje.

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Petición a Díaz-Canel

A estas horas los cubanos firman y comparten la petición a través de las redes sociales exigiéndole al puesto a dedo No más destierros, aunque muchos consideran que Díaz-Canel poco podrá hacer o decir porque él es tan solo una figura decorativa en la isla donde mandan Raúl Castro y su tropa de acólitos del MININT, las FAR, el G-2, el DTI y los órganos asociados a las fuerzas del orden.

Detrás está el Partido Comunista de Cuba, con otra tropa de decrépitos dirigentes que defienden los mismos ideales de 1959, aunque la realidad de la isla impulsa a creer otra cosa, vista la casta de la inmensa mayoría de los hijos, nietos y sobrinos de estos mismos dirigentes; muchos exiliados de verdad; otros exiliados “de mentira” -al frente de alguna empresa o firma extranjera haciendo negocios con Cuba o simplemente lavando dinero para el gobierno; y otros, aún en Cuba, viajando por el planeta, casados con extranjeras o altísimos funcionarios, o simplemente manejando por La Habana un Mercedes Benz a 140 km/h sin que siquiera la policía se atreva a pararlo.

No obstante la fe entre los cubanos los moviliza a la firma del documento en una plataforma que está vetada en la isla, debido al interés que tiene el gobierno representado por el llamado “puesto a dedo” en mantener en el oscurantismo y la ignorancia a su pueblo; desesperados por mantener bien ocultos los desmadres que en ocasiones quedan expuestos a través de esta plataforma ciudadana.

El documento expresa:

“En el Artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en diciembre de 1948 y aprobada por Cuba en esa misma fecha, se establece: «Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país».

Este derecho se viola en Cuba desde la promulgación de la Ley número 989 en 1962, cuando los procesos migratorios pasaron a ser controlados por el Ministerio del Interior, y se identificó el acto de emigrar como “traición a la patria”, requiriendo un permiso de salida que solo fue eliminado con la reforma migratoria de 2013. La principal sanción por dicho delito era la pérdida de todas las propiedades en Cuba y el no retorno al país de aquellas personas cuya estancia en el extranjero superase el permiso concedido por las autoridades.

Además de forzarnos a pagar prórrogas de pasaporte con costos excesivos, el Ministerio del Interior aún hoy decide arbitrariamente, y por motivos ideológicos, cuáles cubanos pueden conservar su ciudadanía y cuáles pueden entrar y salir del país, como se demostró el 18 de marzo cuando un funcionario cubano le negó la entrada al país desde Panamá a la ciudadana cubana de 22 años Karla María Pérez (que estudiaba en Costa Rica tras ser expulsada por sus ideas políticas de la Universidad Central de Las Villas), condenándola al desamparo legal y a un destierro efectivo.

La ONU asegura que actualmente hay alrededor de 1.654.684 personas de nacionalidad cubana, fuera de sus fronteras (un 14% de la población). Muchos nos encontramos actualmente en una situación constante de precariedad y de violación de nuestros derechos humanos, solamente por disentir del gobierno entronizado desde 1959.

Exigimos que nos sea restituido de manera incondicional e irrevocable el derecho a retornar a Cuba y a conservar nuestra ciudadanía, y que el Estado cubano garantice compensación por todo bien perdido o dañado en virtud de los principios del derecho internacional y de justicia restaurativa.

Solicitamos el apoyo de la comunidad internacional y de los Estados Parte de las Naciones Unidas para elevar este reclamo a las más altas instancias e impulsar finalmente un proceso de reconciliación nacional.”

Roberto A.



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