Cuba quiere solucionar la crisis con guaguas eléctricas

¿Qué dicen los cubanos de las guaguas eléctricas? ¿Solucionarán la crisis?

La reducción continúa, la nueva medida del país para promover el ahorro de combustible son las guaguas eléctricas. Con una carga de dos horas están garantizados entre 230 y 250 kilómetros recorridos. Al parecer, lo que hacía falta.

Por la capital ya circulan algunas rutas de estos ómnibus, como la A20, A27 y la A50. Para los ciudadanos uno de los mayores inconvenientes que de estas guaguas es la capacidad. “En horario pico no cabemos. Son muy pequeñas para tanto personal. A las cinco de la tarde la parada está imposible y pueden llegar dos y tres que aun así no se vacía”, comenta Diana.

En un principio se cubrieron vías con menor frecuencia de viajes para probar el experimento. Ahora con la situación actual las personas no creen que la sustitución de los antiguos carros sea conveniente. “Desde que comenzó la crisis no hay rutas buenas, ni malas. Todas se retrasan o vienen llenas. Lo que deberían es cogerlas para reforzar los lugares con abundante tráfico de gente y aliviar los problemas”, explica una vendedora de maní en la parada de G y 25.

El déficit de petróleo en el país sigue de asignatura pendiente. A pesar de los reiterados convenios y las donaciones de compañías extranjeras como la Yutong, en las calles se siente la ausencia del transporte público. Las salidas durante los meses de septiembre y octubre fueron reducidas a consecuencia de los inconvenientes con el llamado “oro negro” y la población espera alternativas que alivien el traslado de pasajeros en cualquier horario del día.

“La verdad a mí me da lo mismo que sean eléctricas o no, lo  que importa es que pasen. Cada año entra un grupo nuevo y a la hora cero se desaparecen las guaguas. Llevo alrededor de una hora esperando y nada”, opina Regina mientras aguarda por alguna botella que le acerque a su casa.

Por otro lado, los individuos señalan como ventaja el uso de las cámaras de seguridad dentro del vehículo. “Así estamos menos preocupados. Cada vez que subes y bajas hay que revisar los bolsos y las pertenencias porque te desvalijan sin darte cuenta. Con este sistema el chofer tiene a todo el mundo controlado”, dice Ignacio, trabajador de la construcción.

“Al fin se acabó el ruido y la peste a petróleo. Ese olor se te pega en la ropa el día entero, no importa si tienes puesto perfume o no. Estos carros ni se sienten, si te entretienes un poco no te das cuenta cuando llegan a la parada. Ya los baches de La Habana no son problemas, en un P se te remueve todo el cuerpo si las gomas rozan un hueco de esos”, aclara Isabel.

La solución, eso dicen que traerán estos ómnibus. Ahorro, transporte, perfección. El gobierno vende el 2020 con nuevas esperanzas. Toca esperar la hora cero para comprobar que en realidad “paulatinamente” estamos dejando la coyuntura.

Texto y fotos: Vladia Rosa García