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Los precios de los alimentos se disparan en la Perla del Sur. Vecinos cienfuegueros alertan a la policía cada vez que ven un “violador” de precios.

Por estos días los cienfuegueros parecen vivir una verdadera batalla campal contra los precios. Una amiga puso ayer el grito en el cielo cuando “tuvo que comprar” una ristra de ajos en 500 pesos. Según ella no tenía opción, pues el vendedor le aseguró que en enero se pondría a mil, y desde Bulgaria, otra amiga que emigró hace un año y algo de Cuba, puso también su grito por las nubes al enterarse que la ristra costó 40 CUC. De esos precios, de las ristras de ajo y cebolla, y del tomate, en Cienfuegos, estaremos hablando ahora.

En la barriada de Junco Sur, una vecina avisó a la policía cuando detectó a dos individuos proponiendo la ristra de cebolla entre 10 y 12 CUC. Cuando llegó la policía, los sujetos se metieron dentro del edificio conocido como “el 12 plantas” y fue necesario todo un operativo policial y movilizar a los vecinos para encontrarlos, cual búsqueda de aguja en un pajar, hasta que los encontraron sabe Dios si en un hueco, como a Sadam Hussein en Iraq.

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La policía no les decomisó la mercancía, sino que los obligó a venderla al precio que estaba establecido y topado: 40 pesos moneda nacional. Antes, o luego, los inspectores cienfuegueros les impusieron una multa de 2 mil pesos.

Así lo contaba en el periódico 5 de Septiembre Tay Beatriz Toscano Jerez, y me lo corroboró una ex, residente en ese edificio.

En la misma barriada, a la entrada, fueron sorprendidos otros dos sujetos, con carné de cuentapropistas, proponiendo la ristra de cebollas a 50 pesos. Es decir, 10 pesos por encima de lo establecido. Los sujetos, una vez detenidos por la policía, dijeron que no, que ellos la estaban vendiendo al precio topado y que estaban “autorizados”, pero los vecinos dijeron que no. Además, no era una ristra, eran “ristricas” lo que estaban vendiendo.



Un poco lejos de allí, en el otro lado de la ciudad, otras personas, particulares, cienfuegueros también, se camuflaron como si fuesen “estatales” y comenzaron a vender tomate a 10 pesos la libra. Lo estipulado es a $5.00, así que alguien llamó a la policía y se formó el despelote.

Lo curioso es que estos individuos tenían el tomate almacenado en un almacén del estado, y de allí lo sacaban, delante de la vista de todos, dándole así un poco de legalidad a la venta.

En el almacén del mercado agropecuario de la Calzada de Dolores, en la ciudad de Cienfuegos, se hallaron quince cajas de tomate que no estaban a la venta. / Foto: Roberto Alfonso

Mi amiga dice que todo se ha disparado y que los vendedores ni siquiera insisten en que se lo compres. Saben que pueden perfectamente guardarlos en sus casas y sacarlos a la venta después del 1ro de enero de 2021, fecha en la que se espera “todo suba de precio” y no solo para afectar a los cienfuegueros, sino a todos los cubanos.

Pedrito, un colaborador nuestro residente en Cienfuegos nos lo decía el otro día: la gente va a seguir robando.

Un amigo, Reinaldo, dice que lo que más le preocupa es lo chivata que se ha vuelto la gente.

“Tradicionalmente tú no oyes decir que los cienfuegueros somos chivatos, pero no lo dudes. La gente está molesta, porque donde quiera te quieren joder. Así que… ¿qué les cuesta avisar a la policía?”, explicaba ayer.

La verdad es que Cienfuegos no es distinta al resto del país ahora mismo. Los reportajes del NTV se suceden con este “tema”. En provincias como Granma, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana, los precios de los alimentos han subido como por arte de birlibirloque. Se llama, le llaman, ley de oferta y demanda; y afecta tanto a cienfuegueros, como al más pinto de la paloma. Al pobre y al rico, aunque al pobre le duela más.

Roberto A.

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