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De amigo a amigo: “De 4 -0, es imposible defender a esa gente”

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A pesar de las diferencias políticas un amigo no cuestiona al otro. Sin embargo, uno de ellos narra como el “revolucionario” cada día pierde argumentos.

Una deliciosa anécdota que revela como -al parecer- un revolucionario se esconde, para no tener que hablar mal de Sandro Castro.

Un amigo de un amigo anda desaparecido de Facebook desde hace varios días. El hombre, funcionario de una empresa de alimentos en la provincia de Cienfuegos, había estado manteniendo cierta reciprocidad vía chat con este otro amigo suyo residente en la ciudad de Miami, en buena medida porque ambos se criaron juntos en el mismo barrio de la llamada Perla del Sur.

Sin embargo, por esas cosas del destino, mismas escuelas desde primaria hasta el preuniversitario, pero diferentes familias, uno siempre fue líder nato, el otro “un desastre”.

El líder nato fue primero de la FEEM, luego de la UJC y al final de la FEU. El otro emigró del país a los 25 años, apenas terminó la Universidad.

Gracias a la magia de Facebook se reencontraron en el 2013, y hasta noviembre del 2020, mantuvieron una relación cordial. Vino entonces la protesta contra el Ministerio de Cultura: el primer plantón y el gas pimienta de la policía. Vino luego el video de Carlos Manuel Álvarez intentando salir de su casa y el policía impidiéndoselo. Vino luego el manotazo de Alpidio Alonso. Vino luego el mitin de repudio con pintura incluida en la casa donde se encontraba Anyell Pérez con sus 3 hijos.

Y llegó ahora Raúl Torres.

Según el amigo “gusano”, a su amigo “revolucionario” cada vez se le estaba haciendo más difícil sostener los argumentos con los que se defendía. De manera honesta reconoció que por su cargo, recibe “regalos” -en forma de alimentos- y que a menudo cuando sobra comida, se lleva para su casa, porque con su salario no le basta para mantener a su esposa y tres hijos.

A menudo “el cuadro” le invocaba “el bloqueo”, y le recriminaba a su amigo que no se opusiera a esa política de asfixia. El amigo, para ganarse una carta a su favor, estuvo presente en una especie de pedaleada contra el embargo en Miami el pasado fin de semana. Ayer lunes le mandó una foto por la mañana. Por la noche le preguntó su opinión sobre el video de Raúl Torres. Dice se le olvidó mandarle el video de Sandro Castro manejando el Mercedes Benz.

Lo cierto es que desde ayer -cosa muy extraña- el “revolucionario” no le contesta; y dice el residente del lado de acá, que con el 27N fue el primer conteo de protección.

“Está de 4-0 conmigo; y cuando vea el video de Sandro, súmale el quinto ponche al bate”, dice entre risas, vía telefónica, mientras me hace la anécdota.

Luego, como quien lanza una sentencia lapidaria expresa: “es imposible defender a esa gente”.

Mientras lo dice, me recuerda a tres amigos, todos amigos de un periodista oficialista en la isla; uno de esos muy activos en su Facebook, que postea a cada hora…

Desde el sábado, lo estaban “sofocando” con el video de Sandro Castro. El hombre, impávido, no respondió ni sábado ni domingo.

El lunes, sin embargo, ya no pudo más y al igual que Israel Rojas, dijo que “estaba mal”, pero solo eso.

Yo, más tranquilo, sin conocer ni a unos ni a otros, espero por Silvio Rodríguez. Espero que esta vez, el buscador del Unicornio no tenga problemas con “las cookies”.

Roberto A.



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