Ni el secuestro doblega a Carlos Manuel Álvarez

El asedio al periodista cubano Carlos Manuel Álvarez por parte de la Seguridad del Estado no se detiene desde que fue sacado por la fuerza de San Isidro junto a los demás huelguistas.

El secuestro y traslado contra su voluntad de una provincia a otra fue el enésimo capítulo de agresiones continuadas del gobierno cubano contra Carlos Manuel Álvarez, quien sin embargo volvió a La Habana pese a las presiones, acompañado por su madre.

“Gente que me acompaña: acabo de llegar a La Habana. Magullado, pero vivo. Lo que ha sucedido hoy califica entre siniestro, absurdo y peripatético. Tengo encima tanto arañazos como no tenía desde niño. Igual que entonces, estos también son rayones de libertad, así los resignifico ahora”, escribió en Facebook.

El escritor se mantiene firme, sin dejarse intimidar por las acciones que pretenden doblegarlo, pues ha contado con la solidaridad constante de los cubanos en redes sociales y el apoyo mayúsculo de sus padres, que han mostrado el amor incondicional a su hijo perseguido.

Precisamente su madre lo acompañó de vuelta a la capital tras los hechos que ocurrieron este lunes, cuando después de un interrogatorio en la estación de Policía de 7ma y 62, en Playa, fue montado en un auto para ser llevado al hogar de su abuela en Cárdenas, aunque él estaba en La Habana.

“Mi madre, ejemplar, me acompañó en el camino de vuelta, como para compensar las presencias que me custodiaban en la ida a Cárdenas. Tampoco, desde niño, había vuelto a sentir la protección absoluta de mis padres, lo que tal cosa significa, aunque esa protección siempre haya estado ahí. Tiene que ver más conmigo que con ellos. Creo, de hecho, que acercarse a la pureza del niño, rozar ese ideal, es lo único que puede salvarnos o salvarme ahora”, añadió Álvarez.

En una transmisión directa, Carlos contó cómo en el camino de vuelta a Matanzas se escapó y corrió hacia un monte, en donde fue maltratado por los agentes, que le provocaron arañazos en sus brazos, como se observa en las imágenes.

“No voy a permanecer secuestrado, no voy a soportar esta vejación ni esta arbitrariedad contra mi persona”, afirmó.

Es otro episodio más de acoso al periodista, citado a interrogatorios extensos, detenido y secuestrado, a lo cual se suma ahora que le retiraron su carné de identidad, al parecer como método para evitar que salga, pero el autor ha reiterado que nada podrá privarlo de su libertad.

“Estas detenciones, secuestros e imposiciones que me han sucedido en el último mes no son episodios aislados, son los picos de un largo capítulo de vigilancia y violencia que no ha cesado a lo largo de muchas décadas y que a veces encarna en unos o en otros. Voy a descansar ahora. No tengo cómo agradecerles su solidaridad, pero sé que me sostiene”, manifestó asimismo.

Esa misma solidaridad es la que llega de muchas personas en redes sociales que no lo conocen y otras que sí, como la periodista cubana Carla Gloria Colomé Santiago, quien publicó una hermosa descripción sobre Carlos en Rialta y recordó el momento cuando este le comunica que iba a volar a la isla para unirse con el movimiento San Isidro, en Damas 955, en donde activistas protestaban por la libertad del rapero Denis Solís.

“Carlos no tiene casa. Realmente tiene muchas, las de los amigos, las de las amigas, las de la familia, pero ha sabido no ser el dueño de ninguna. Le da miedo el hogar. Carlos es la persona que yo conozca que más libros tiene y no tiene un librero propio. Tiene cientos de libros en Cárdenas, tiene cajas de libros en México, tiene libros en las casas de los amigos de La Habana, de Miami, de Nueva York, de Madrid, libros que no logran confluir. Yo le digo que el día en que tenga por primera vez un librero y logre reunir los títulos esparcidos en tantos lugares, va a poder decir por fin que tiene un hogar. Él se ríe. Nos calculamos”, escribe Carla.

“La gente por estos días ha dado consejos, que se vaya de Cuba, que no se meta en líos, que podría estar en tal ciudad, que podría disfrutar en tal lugar. Lindos, buenos consejos todos. Pero yo sé que no le sirven. En muchos años afuera Carlos no ha podido sacarse Cuba de adentro. No lo va a hacer. No tiene que hacerlo. Si lo hace, ¿de qué escribe? Y si no escribe, ¿cómo sobrevive? Y si no está al límite, pues no está”, concluye.

Omar Cortázar