Alejandro Gil confirmó lo que todos sabíamos. Incluso él mismo aunque se empeñara en decir lo contrario. La llamada tarea ordenamiento fracasó tras su aplicación y el resultado más palpable se ve en el día a día de la realidad cubana: una sociedad empobrecida, una inflación desbordante y un país en fuga.
En el recién finalizado VII Pleno del Comité Central del Partido, Gil propuso eliminar el lineamiento 35 sobre el seguimiento a la implementación de la Tarea Ordenamiento ya que «no ha cumplido todos los objetivos trazados».
En cambio propuso un «programa de estabilización macroeconómica», para establecer «un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación».
Prácticamente desde su anunciada puesta en vigor por Marino Murillo ya se adelantaba el fracaso de esta medida extremadamente impopular entre los cubanos. Sin embargo el gobierno no dejó de defenderla y de anunciarla como la norma que abriría el camino para la prosperidad de los cubanos.
En verdad lo que demostró es la falta de capacidad de los funcionarios políticos para manejar la economía del país y enfrentar con racionalidad la situación económica.
El economista cubano Pedro Monreal ha expuesto que la llamada Tarea Ordenamiento «fracasó estrepitosamente en sus 4 objetivos: no hubo unificación monetaria ni cambiaria, los subsidios eran 14,4% del total de gastos del presupuesto 2023, y la transformación de ingresos de la población consistió en su hundimiento».
En las declaraciones de Gil no hubo el menor asomo de autocrítica , algo que al menos por decencia y respeto debió haber realizado.
El economista Mauricio de Miranda lo añade. «¿Te acuerdas cuando nos decían en aquellas asambleas cuando estábamos en La Lenin que teníamos que tener espíritu autocrítico? El de ellos no existe. Pero además, desde el primer momento, muchos de nosotros hemos hablado de esos errores, pero la soberbia les supera», escribió en un comentario a Monreal.
Lo cierto es que hoy la precariedad de la vida en Cuba va en aumento y los cubanos apenas tienen facilidades de acceder a productos básicos. Esta situación se acrecienta en el sector de los jubilados que apenas tienen una chequera de 2000 pesos con la que viven sin duda en la miseria.