Dejó de ser zapatero para el Estado cubano; ahora es empresario

Un zapatero pinareño dejó de trabajar para el estado en el año 1997 y se metió a cuentapropista.

Hoy su empresa tiene 18 obreros bajo su mando.

De trabajar para el Estado como zapatero, a tener 18 “zapateros” bajo su mando. Ese es el cambio trascendental que ha logrado en apenas dos décadas de su vida Reynaldo Orta Reyes.

Pinareño como el humorista Iván Camejo, Reynaldo no se decantó por los caminos del humor sino por el mundo del calzado.

Trabaja desde los 16 años de edad y, en el año 1997, abandonó la Empresa de Calzado “La Estrella Roja”, donde –dice el diario oficialista Guerrillero – “por varios años consecutivos había sido Vanguardia Nacional”.

Visto ahora este 2021, el zapatero es un empresario.

Reynaldo Orta Reyes: De zapatero a empresario

Yolanda Molina Pérez, la periodista que lo entrevistó debe haber aprendido una lección tan grande como una montaña.

Reynaldo “sobrevivía” en su pequeña casita que ni baño tenía.

“Sus hijos dormían en una litera y la parte de abajo era lo que utilizaba como taller; las noches que dedicaba a la faena, uno de ellos debía ir a la cama con la madre”, recuerda este hombre sus inicios como “cuentapropista”.

Por suerte, tiempo después un vecino le cedió un pedazo de su patio y allí Reynaldo montó un taller pequeño, pero con todas las herramientas. Esa sería la génesis de lo que es hoy Calzados Orta.

Calzados Orta

Relata el medio oficialista que poco a poco Reynaldo debió eliminar las trabas  burocráticas que le impedían ejercer su actividad por cuenta propia con total libertad.

Dice la periodista que ahora este hombre de bien y trabajo opera “en un marco total de legalidad y no haciendo triquiñuelas para aprovechar los vacíos de las disposiciones”.

“Gracias a eso, la constancia y esfuerzo, su familia hoy goza de prosperidad”, resume el diario oficialista.

Cuentan con 18 trabajadores, muchos con vínculo familiar, porque una de las preocupaciones de Reynaldo es enseñar el oficio y lo considera una manera de ayudar, explica el diario, que habla como primero llegaron al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FBC).

Ahora aprovechan “las oportunidades creadas para el sector no estatal de importar materias primas” y su presencia en tiendas es la culminación de una obra de dos décadas.

“Los hijos manejan el negocio familiar (…); a partir de las importaciones realizadas pueden mantener la elaboración de calzado y ya se abren a nuevas perspectivas para la sustitución de las máquinas de coser, mejorar las condiciones del taller, adquirir la tecnología para fabricar suelas de zapatos e incluso crear un aula de capacitación”, son algunas de las ventajas de Calzados Orta sobre el resto.

“Sus obreros tienen salario fijo (…) tienen puntos de venta en el Bazar y en la Terminal de ómnibus”, son algunos de los éxitos logrados por este hombre que, militante del Partido y todo, en el año 1997 dejó de trabajar para papá gobierno y decidió apostar por el cuentapropismo.

Roberto A.

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