Cuba
Otro “vocero del gobierno” criminaliza a las víctimas
El gobierno de Cuba ha dado instrucciones a sus voceros para que distorsionen los hechos, en los que tres niños cubanos lloraron horrorizados.
El gobierno de Cuba oficialmente no ha dicho nada con relación al acto de repudio celebrado frente a la vivienda de una activista cubana. Las imágenes son la muestra más horrenda de la barbarie que se vive en la isla con relación a los derechos humanos, pero ya han salido a las redes los tradicionales “agentes de opinión” a defender hasta algo tan difícil de defender como brincar la cerca de una casa, sin el consentimiento de su propietario.
En fin, a usted que nos lee pudiera parecerle estar leyendo ficción de la más dura y cruel, cuando entre los comentarios de unos y otros “agentes de opinión”, se encuentran cosas como la dicha por el extranjero radicado en Cuba Rodrigo Huimachi, quien dijo que la casa no era de ella -de la activista Anyell Pérez- y que por tanto no tenía derecho a protestar.
En la conga de la condena a las víctimas se coló ahora ¡Mauro Torres!
Mauro Torres -que no es otra cosa que un perfil en Facebook manejado por la Seguridad del Estado-, tiene el don de la ubicuidad y la omnipresencia. En varios de los sucesos más trascendentales de los últimos tiempos él estuvo “cerca” o “presente” de casualidad. Ha escrito un largo post donde, a la larga, justifica lo sucedido. Según él, la culpa es de los adultos que estaban dentro de la casa.
Por ejemplo: que los niños lloraran por lo sucedido con el perro, no es culpa de quienes brincaron la cerca y adormecieron al perro, sino del padre de los niños que dijo que habían matado al perro.
“Mauro Torres” asegura que quien grabó las imágenes ni siquiera vive por allí. Y así, una retahíla de justificaciones que a la larga es esto: revictimizan a las víctimas.
Alega que “le duele mucho” haber visto el llanto de los niños, pero ataca a la madre por “tenerlos en esa situación”.
Está más que claro que esos niños no hubiesen llorado sino hubiesen visto a la turba con calderos y gritona, diciéndoles entre otras cosas “que se vayan”; pero a los intereses de estos voceros del gobierno de Cuba, esas verdades no pueden decirse.
Ariel P.
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