Trump busca poner fin a protección de migrantes centroamericanos

Esta medida sería sin dudas la más importante del presidente dirigida a reducir el número de personas que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México.

Migrantes procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador no estarían en capacidad de refugiarse en los EEUU.

De acuerdo con una nota de AP fechada esta mañana, el mandatario norteamericano Donald Trump se estaría moviendo para “poner fin a las protecciones de asilo a migrantes centroamericanos”.

AP menciona una  nueva regla publicada en el Registro Federal, en la cual se expresa que “los solicitantes de asilo que pasen por otro país primero no serán elegibles para pedir asilo en la frontera sur de los EE.UU.”  La regla, que se espera que entre en vigencia el martes, también se aplica a los niños que han cruzado solos la frontera.

Esta medida sería sin dudas la medida más importante del presidente dirigida a reducir el número de personas que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México.

No obstante, ya analistas prevén que la aprobación de esta medida termine en las Cortes, ya que la ley de los EE. UU. permite que los refugiados soliciten asilo cuando llegan a los EE. UU. independientemente de cómo hayan llegado a la frontera.

El asunto pudiera llegar incluso “bien arriba”, nos atreveríamos a apostar que a la Corte Suprema. AP explica que “existe una excepción para aquellos que han llegado a través de un tercer país considerado ‘seguro‘, pero explica que la Ley de inmigración y nacionalidad, que regula el asilo es vaga, sobre esta definición de ‘seguro‘. Según la ley esta definición estaría regulada “de conformidad con un acuerdo bilateral o multilateral“. Solo un país tiene este tipo de acuerdo con los EE.UU. Solo un país es considerado “seguro” según los EE.UU.: Canadá.

Migrantes procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador no estarían en capacidad de refugiarse en los EE.UU. pues ni siquiera tendrían acceso a demostrar el llamado “miedo creíble”, al menos que lo hiciesen a través de la frontera norte.

Frenar la inmigración ilegal proveniente “del Sur” fue quizás la mayor promesa de Trump durante su campaña y la hasta ahora no cumplida. El famoso muro que se levantaría en la frontera con México quedó en eso, en promesa de campaña, aunque se ha reforzado la seguridad fronteriza en algunos puntos.

Indiscutiblemente el panorama es distinto al de hace ya muchos años. La crisis económica en Centroamérica es peor, y el auge de la delincuencia en países como El Salvador y Honduras hace el día a día más incierto a miles de familias.

Pero también en EE.UU. las reglas han cambiado. Varias ciudades y estados han anunciado que sus políticas de santuario han pasado a ser historia. Las deportaciones, si bien aún no alcanzan el número alcanzado durante la época de Obama, bien que pudieran superarlo si las anunciadas redadas de ICE comienzan a hacerse más notorias.

Digámoslo de otra manera: los migrantes que ya son inmigrantes ilegales, tienen más miedo que antes a estar dentro.

Cruzar y entregarse es la opción a la que muchos están optando para evitar la espera de 3 y 4 meses en la frontera para ser entrevistados. Algunos que lo han hecho llevan hasta más de un año encerrados en centro de detención para inmigrantes, sin garantías de que finalmente sea aceptado su ingreso al país.

Son tantos que las instalaciones fronterizas se han visto abarrotadas mucho más allá de su capacidad. Las imágenes y noticias que reflejan el drama en esos lugares invaden el acontecer noticioso cada mañana. Legisladores que viajaron a esos lugares recientemente condenaron las condiciones en que se encuentran “alojados” miles de inmigrantes; niños incluso.

También hay que contar los que están fuera; los migrantes que ya se entrevistaron y pidieron ser beneficiados con el refugio. AP dice que son más de 800 mil los casos pendientes de dar solución por parte de los  tribunales de inmigración.

Esto significa dice finalmente AP “que a muchas personas no se les escuchará su solicitud de asilo durante años”.