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Cuba

Tras el tornado, Berroa parece haber sido abandonada a su suerte

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No habrá palabras suficientes para describir la labor de la sociedad civil cubana tras el tornado que el pasado 27 de enero azotó algunas zonas de La Habana.

Ayer mismo voluntarios pasaban más de cinco horas con afectados en la zona de Berroa. Mary Lou, Raúl Padro, Giancarlos Pruna Milanés y Lisandra Castro López, vía WhatsApp, enviaban sus testimonios al grupo AYUDA DIRECTA HABANA TORNADO: “Los derrumbes no solo están en las casas. Hoy fue realmente duro”.

Lo que han constatado en el lugar los voluntarios contradice de alguna manera lo publicado por la prensa oficial de la isla. Según el sitio digital de la emisora Radio Rebelde, Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado viernes 1 de febrero había recorrido el valle de Berroa. Aunque parece ser, como reseña la información, que se centró en la zona industrial de logística y comercio y sus más de 230 almacenes.

¿Llegaría Esteban Lazo hasta los damnificados de Bachiplan, como los voluntarios? Presumiblemente no. Roilán Rodríguez Barban, primer secretario del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba en la localidad, y Víctor Manuel Cala, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular le hablaron a Lazo únicamente de 31 personas que aún permanecían evacuadas en la región.

Pero quienes estuvieron ayer en Berroa dan fe de que han transcurrido más de dos semanas y “los escombros aún no han sido recogidos. Para restablecer la electricidad en dos casas, han armado un tendido eléctrico alternativo, con todo el peligro que eso implica. Hay sitios muy vulnerables, y quienes no están en albergues no están recibiendo ayuda para levantar sus casas”.

Los voluntarios censaron 22 familias damnificadas, algunas con situaciones alarmantes.  Por Berroa los guió Ariadna, una transexual que se ha encargado de poner un poco de orden entre los vecinos. Ariadna es de las que también lo ha perdido todo, mas intentaba tranquilizar a los que llegaban a ayudar: “no se preocupen por mí que hay gente peor”.

El censo que lograron hacer los voluntarios que permanecieron ayer más de cinco horas con afectados por el tornado en Berroa evidencia que se siguen necesitando muchos más esfuerzos. Ellos así lo dejaron escrito: “Fueron horas de trabajo sin parar y queda mucho más por hacer allí”.

La labor de ellos, los que estuvieron ayer en Berroa, llenó de esperanzas a los damnificados. Les entregaron alimentos y certezas. Y confianza en el prójimo. Otros voluntarios, de seguro, están por llegar.

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