Tiendas en MLC desaparecerán, pero no se sabe cuándo

Tiendas en MLC desaparecerán al igual que la libreta de abastecimiento. ¿Cuándo? Nadie sabe. Lo que parece no desaparecer es el interés en irse del país entre la mayoría de las personas en edad laboral.

De lo dicho ayer en la Mesa Redonda por Marino Murillo y el viceprimer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández,  quedaron cosas muy claras. Una, que la libreta de abastecimiento desaparecerá gradualmente. Dos, que las tiendas en MLC desaparecerán algún día, lo que no se sabe cuándo. Tres, no se vislumbra el fin de la crisis económica en la isla.

Y es que el reordenamiento económico y la reunificación monetaria son, ahora, una solución desesperada a un viejo problema, según puede inferirse de lo publicado en el sitio oficialista Cubadebate.

Hay cosas interesantes. Por ejemplo, el culto solapado al dólar. Todos los participantes en la Mesa Redonda insisten en que no se trata de dolarizar la economía, sino de que los dólares son necesarios para poder realizar otras compras y reabastecer el mercado. Han dicho que las tiendas en MLC son necesarias pero que es una solución temporal a un problema puntual.

De tal afirmación se desprende que desaparecerán algún día, pero no depende de ellas que desaparezcan. Depende del pueblo. Y de las empresas cubanas. Si el pueblo cubano trabaja y produce, y las empresas cubanas producen y abastecen el mercado interno, el país no tendrá necesidad de importar artículos desde el extranjero y venderlos en dólares para recuperar lo invertido y obtener cierta ganancia.

Alejandro Gil Fernández y el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, comparecieron en la Mesa Redonda para aclarar dudas, pero al final de las intervenciones las dudas quedaron.

Ninguno de los dos explicó, por ejemplo, cómo lograrán reactivar en el pueblo la necesidad de trabajar y ver el fruto de su trabajo, luego de más de 60 años fallidos en el intento. Por las causas que sean.

La inmensa mayoría de esos cubanos en edad laboral crecieron viendo a sus padres y abuelos trabajar sin lograr obtener, al final de su vida laboral útil, beneficios por tanta entrega.

Ni Murillo ni Alejandro expresaron de modo claro como esta nueva Estrategia Económica y Social de Cuba pretende quitarle a la juventud cubana de la cabeza la  idea de emigrar.

Las tiendas en MLC

En el encuentro ambos insistieron en que no es idea del país -ahora- incrementar las ofertas en Moneda Libremente Convertible (MLC). Sobre todo, porque la idea fundamental parece ser la reunificación monetaria. Si se busca dejar una sola moneda en el país, pero el contexto internacional sigue siendo adverso, ¿qué pasará con las tiendas en MLC?

Gil Fernández argumentó que la razón de la existencia de esas tiendas en MLC es debido al complejo contexto financiero y de abastecimientos que vive Cuba, especialmente, desde 2019; por lo que de aquí se desprende que si el contexto continúa siendo adverso -y ha sido adverso “toda una vida”- es muy probable que las tiendas continúen existiendo.

El Ministro calificó esta dolarización parcial como una medida «necesaria, y no deseable», pero ya hay quienes apuntaron la fecha de lo dicho, para revisarla de aquí a otros 60 años.

La falta de financiamiento -entiéndase dólares- impide que, por ejemplo, la industria nacional, con capacidades productivas instaladas, participe de la economía informal o paralela.

“Es necesario que la población entienda la singular circunstancia”, dijo Gil Fernández.

Fronteras cerradas desde marzo, impactos sobre los ingresos generados por las exportaciones, han impedido al país reaprovisionar los mercados. Parte de la divisa que había en Cuba, “se estaba yendo del país con las personas que iban a comprar fuera de la nación, agregó Gil Fernández.

“Necesitamos otra vez divisas. Pero si no hay divisas, aun habiendo demanda, es muy difícil reaprovisionar los mercados y aparece un fortalecimiento de la economía informal”, precisó el funcionario.

Una sola moneda

La concepción del ordenamiento monetario es que el país trabaje con una sola moneda, y es por eso que la existencia de tiendas en MLC es además de “transitoria, necesaria y no deseable”.

“Está hecha con un objetivo ajustado al momento que vive el país”.

“Pretendemos, en un futuro, quedarnos con una sola moneda: el CUP, que es la moneda en la que se pagan los salarios y en la que se venden los productos en precios minoristas y mayoristas. Lo que no se puede es predecir hasta cuándo durarán las tiendas, porque estamos en un momento excepcional, que es transitorio”, detalló el ministro.

En medio de tan convulso panorama, le tocó el turno al ex Zar de la economía cubana: Marino Murillo Jorge.

El predecesor de Gil Fernández habló más que nada sobre “subvenciones” y entre estas, destacó a la madre de todas: la libreta de abastecimiento.

Durante el ordenamiento económico de Cuba está previsto que la libreta desaparezca de una vez por todas, pero el proceso de eliminación “tendrá que ser muy gradual”, apuntó Murillo durante su intervención en la Mesa Redonda de este miércoles.

El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos recordó las palabras pronunciadas el pasado 8 de octubre por el gobernante Miguel Díaz-Canel. Este dijo que “en una primera etapa se mantendrá la libreta de abastecimiento como mecanismo que asegura el acceso de los ciudadanos a artículos básicos en condiciones de déficit de oferta y protege contra el acaparamiento y la especulación”.

Sin embargo, Murillo -al igual que Díaz-Canel- apelan a una idea futurista en una Cuba envejecida.

“Después, cuando nuestros mercados tengan otra situación y avancen un grupo de relaciones económicas y financieras, tendremos que ir evolucionando para suprimir la libreta”, declaró.

¿Cuándo sucederá esto?

Murillo no lo sabe ni lo sabe Díaz-Canel. Murillo, quien se desempeñó como ministro de Comercio Interior entre 2006 y 2009, no tiene una bola mágica para definir cuándo sucederá ese “renacer” económico de la isla, pero insistió en que ese mecanismo de distribución normada de productos surgido en un contexto histórico determinado y hace ya mas de medio siglo, es altamente costoso.

El especialista señaló que “la libreta de abastecimiento, como mecanismo de distribución, ante escaseces ha demostrado una eficiencia muy grande”, y destacó que ahora, “la existencia de la canasta familiar normada, introducida en los años 60 con una vocación de igualdad, contradice en su esencia el principio de distribución socialista de “a cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo“.

Quitar la libreta es como el cuento de la reunión de los ratones para decidir qué hacer con el gato. Al final todos estaban de acuerdo en que un cencerro en la cola del felino les avisaría de su presencia, pero ninguno de los roedores se ofreció de voluntario para ponerle el cascabel en la cola.

Según un estudio reciente, casi la mitad de cubanos en edad laboral ni trabaja ni estudia.

No son datos extraídos de una “encuesta”. Son las cifras estadísticas oficiales; cifras del año 2019 que confirman la preocupante tendencia de los últimos cuatro años en la isla y publicadas por  la Oficina Nacional de Estadística e Información.

“Llama la atención el nivel relativamente alto de las personas en edad laboral que no trabajan ni estudian. Desde 2016, han existido entre 47 y 51 de esas personas por cada 100 ocupados”, escribía alarmado en Twitter el economista Pedro Monreal.

La situación preocupante en la fuerza laboral en Cuba, en la cual una gran mayoría pareciera no estar aportando nada a la economía nacional -aunque por suerte, ha existido una recuperación importante del empleo pues una gran cantidad de personas cambiaron del sector estatal hacia el cuentapropismo- pudiera “enfrentar” la vocación supuestamente humanista de la Revolución cubana de distribuir equitativamente su miseria entre todos.

El gran debate sobre si esos que ni estudian ni trabajan deberían tener acceso o no a la libreta de abastecimiento “subsidiada por el gobierno” pudiera pasar a un segundo plano cuando, en una segunda etapa del desmonte gradual de la misma,  aquellos que ni estudian ni trabajan, se queden sin fuerzas para desamarrar el apretadísimo zapato.

Y es que en esto radica parte del problema: muchos asumen que la libreta es un derecho; mientras que para otros miles, unos cuantos miles, es como las tiendas en MLC: Una necesidad.

por Ariel P.

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