Después de muchos tropiezos, perrita callejera cubana llega a Holanda

La historia de una perrita callejera cubana que vivía en los alrededores de Viñales terminó de manera feliz, no sin antes pasar por cientos de azares, con la llegada de esta a Holanda, tras ser adoptada por una pareja que la conoció en Cuba y que se enamoró de ella.

“Siesta”, que así se llama esta perrita callejera, finalmente se encontró con Mandy y su esposo, una pareja que se hospedó en un hostal de la zona – Siesta, de ahí el nombre dado al animal – y que decidió adoptarla como mascota.

Cómo llegó la perrita callejera “Siesta” a Holanda es digna de un guión cinematográfico.

Mandy y su esposo no pudieron llevársela consigo en ese primer viaje. Fue entonces que le pidieron al dueño del alquiler, Sergio, que la cuidara hasta que ellos pudieran traerla a Holanda. Estaban decididos a que Siesta dejara de ser una callejera y se convirtiera en parte de su familia.

De vivir en los alrededores del hostal, Siesta pasó a vivir en el hogar temporal de la protectora Claudia. Una vez allí, la protectora se encargó de comenzar con los trámites correspondientes para que Siesta pudiera viajar a Europa.

Pasaron muchos meses. Siesta debió ser vacunada; se le tomaron muestras de sangre y, cuando todos los análisis estuvieron listos se enviaron a Holanda. Sin embargo, en una primera ocasión fueron rechazados, así que no quedó más opción que seguir esperando y hacer nuevos análisis más adelante.

Por fin, tras varios meses más de espera, el organismo de esta perrita callejera se recuperó de tantos meses de vida azarosa en la calle y los análisis de laboratorio fueron aceptados por Sanidad en Holanda, y ya Siesta se encontraba lista para viajar al extranjero. Para tener un hogar definitivo, rodeada del cariño y el amor de sus padres adoptivos.

CEDA, la entidad protectora de animales que divulgó la historia de esta perrita callejera cubana en Facebook, terminó su relato diciendo:

“Luego de cerca casi un año, luego del apoyo de muchos voluntarios, de colaboradores y gente linda dispuesta a cambiar la vida de Siesta. Luego de todo ya está hoy esa perrita callejera del Valle de Viñales viviendo en armonía con sus papis en Holanda.

“Gracias a Natalia quien fue su madrina y escolta de viaje. Gracias a Mandy por decidirse contra vientos y mareas a cambiar una vida, gracias a Claudia por abrirle su hogar y su vida por todos estos meses, gracias a todos los que aportaron su granito para este logro. Estas son historias felices que nos gusta compartir con nuestros seguidores.”

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