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Cuba

Se buscan más dependientas como Claudia en Cuba

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Tras el gesto de Claudia, raro de ver en las tiendas del país, el cliente le respondió con una frase que regocija a todos: “Gracias.

La historia de una jovencita nombrada Claudia, quien trabaja como dependiente en la tienda comercial El Taíno (ubicada en el reparto Jesús Menéndez de la ciudad de Bayamo), llegó a la prensa nacional cubana, específicamente a la columna Acuse de Recibo, que dirige desde el diario oficialista Juventud Rebelde, el maestro de varias generaciones de periodistas, Pepe Alejandro.

Allí, donde semanalmente vienen a resolver sus problemas muchos cubanos – agotadas ya todas las vías burocráticas previstas – llegó la historia de Claudia, para confirmarnos que sí, que existen dependientes atentas, amables, empáticas y dispuestas a ayudar.

Los cubanos pudieran decir que son pocas, pero existen, y Claudia lo confirma. Lo mejor ahora sería multiplicar su ejemplo.

Debía repetirse por todo el sistema comercial cubano“, señala Pepe Alejandro en su nota mientras nos revela cómo sucedieron los hechos.

Ocurrió el pasado 20 de agosto. Un anciano llegó a la tienda y luego de buscar en la nevera un paquete de pollo de 3 CUC y no encontrarlo, le preguntó a la joven si no había uno más pequeño y barato, porque él sólo tenía 80 pesos.

Lejos del “No” característico que -aseguran- es la respuesta programada en muchas dependientes comerciales en las tiendas del país, esta jovencita, en cambio, expresó:

Espérese un momento, que yo se lo voy a buscar.

Fue hacia la nevera y se enredó con toda la mercancía, paquete tras paquete, mientras el señor sonreía, porque esa mañana necesitaba saber que él también cuenta, que hay gente solícita en este mundo. Pero no apareció la mercancía módica,” explica quien presenció el suceso.

El anciano al ver que la búsqueda había sido infructuosa hizo ademanes de irse. Entonces, sucedió otro milagro. La misma frase, o parecida, pero con igual significado.

Espérese, que yo se lo voy a encontrar.

La joven fue para otra nevera y después de mucho hurgar, regresó sonriente hacia donde estaba el anciano, con un paquete de pollo de tres CUC en sus manos.

«Aquí tiene su pollo», le dijo al señor.

Este, asegura Remberto Hernández quien relata la historia, miró a Claudia fijamente a sus ojos y le respondió: “Gracias.

Reemberto dice que los presentes en la tienda quedaron tan impresionados con aquella escena, que él averiguó el nombre de la muchacha para dar a conocer su historia, compartirla como enseñanza, y expresar su deseo de que lo sucedido entre la joven y el abuelo, debía ser un ejemplo de trato al público, en las tiendas del país.

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