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Cuba

“Revolucionarios” preocupados por multiplicación de tiendas en MLC

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Dicen las malas lenguas que ayer cuando el periodista cubano Jorge Legañoa, analista internacional y feroz crítico del país que está a 90 millas de su casa, vio el post que en Facebook había puesto su esposa Dalia González Delgado, experiodista del principal libelo oficialista cubano y órgano del Partido Comunista de Cuba, Granma, con relación a las tiendas en MLC, puso el grito en el cielo.

Atento estaba Jorgito, o fue avisado, tras aparecer en Facebook un post de Dalia criticando la “multiplicación”, cual panes y peces, de las tiendas en Moneda Libremente Convertible -entiéndase dólares- a lo largo y ancho del territorio nacional.

¡Quita eso!” fue el grito que le dio por teléfono Legañoa a Dalia que, honesta y mesurada, había expresado su parecer con relación a este hecho ineludible de la proliferación de las tiendas en MLC. La periodista estaba preocupada porque, según su modesto parecer, podía tener consecuencias impredecibles o al decir de un amigo “irreversibles” en el llamado “Proyecto País”. O en el “Pensar como país”, que es prácticamente lo mismo.

 Jorge Legañoa y Dalia González disfrutan tiendas en MLC

Dalia González y Jorge Legañoa disfrutan de unas cervecitas. ¿Compradas en alguna de las tiendas en MLC?

El post de Dalia -que estaba aquí, en este enlace – fue eliminado en un santiamén por ella misma, pero en las últimas horas me he encontrado con otro joven apegado a los principios revolucionarios del PCC, que también está preocupado porque las tiendas en MLC parecen multiplicarse como clarias o alevines en criaderos acuíferos.

Tiendas en MLC

El Post de Dalia fue eliminado a los pocos minutos. Dicen que su esposo, Jorge Legañoa, fue el que le dijo que lo quitara



Alejandro González Fernández puso en tela de juicio “la creciente e indetenible apertura de tiendas en Moneda Libremente Convertible”, tal y como lo define otro buen amigo, que a su vez dice que esta preocupación se entronca con la expresada por el escritor cubano Pedro De Jesús López Acosta, que calificó la apertura de una tienda en MLC en Fomento, como “un día triste”.

noticia relacionadaEscritor cubano: apertura de tienda en MLC es un “día triste”

Pero, ¿qué dijo Alejandro González?

Hola. Tengo sentimientos encontrados con las tiendas en MLC… Yo estuve 100% de acuerdo, y aún lo estoy, con la medida original, porque entiendo su objetivo. Lo que me está preocupando es que veo una tendencia a la masividad en las tiendas en MLC”, manifestó González Fernández.

“Para todo tipo de productos, y eso no me gusta, no fue lo que se planteó inicialmente. El colmo ha sido que hoy me he encontrado una tienda de artículos para mascotas en MLC. ¿Eso también es gama alta o primera necesidad?”, cuestionó.

“Ya el listado original de tiendas en MLC se ha duplicado o triplicado, hasta pequeñas tiendas “de barrio” están cambiando a MLC. ¿Nos hemos olvidado que la mayor parte del pueblo no recibimos remesas y seguimos dependiendo de las tiendas en CUC?”, volvió a preguntar.

“Ah, y para que nadie se confunda, soy revolucionario como el que más, pero pienso que este tema se está pasando de los límites“, finalizó.

Si la memoria no me falla, no son Dalia y Alejandro los únicos “integrados al proceso revolucionario” que se han preocupado por la llegada al país de las tiendas en MLC, una medida que el Estado y gobierno cubanos han dicho que es “necesaria” y “temporal”.

De lo primero no hay dudas. El país necesita que le entren los verdes a como dé lugar, y hasta parece coquetear con su emigración, a la que nunca ha tenido en cuenta para nada. Incluso, hasta hace poquito llamó “gusanos” o “apátridas” a los que se fueron, pero con el turismo parado a causa del coronavirus, y expulsados sus médicos de Brasil, Ecuador y Bolivía -principalmente- solo les queda apelar al envío de remesas de esa emigración a sus familiares en la isla, para mantenerse a flote económicamente hablando.

De lo segundo, del “hasta cuándo durarán” es posiblemente la llamada pregunta del millón. Ni siquiera ellos, “allá arriba”, tienen una idea de cuándo dejarán de existir esas tiendas. Dijeron que funcionarían para estimular el abastecimiento de las otras, pero han apelado al espíritu trabajador de un pueblo envejecido cada día más, y con cada día más interés en largarse del país su población más joven, la económicamente activa. Esa que puede echar adelante el país, pero que como dijera un día el dúo Buena Fe, se ha vuelto tan farandulera que le da lo mismo Barcelona, Tokio que Moscú.

Solo nos queda desearles a Dalia y a Alejandro una pronta recuperación. Es decir: que pronto les empiecen a caer los dólares.

Sandro Nieto

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