La ciudad de Trinidad pasa a la segunda fase recuperativa del coronavirus y ya se respira ambiente de turismo en sus calles. Será, poco a poco, el regreso a la normalidad.
La parálisis impuesta por la COVID-19 tiene a los más de 7 600 trabajadores acogidos a las diferentes modalidades del trabajo por cuenta propia en el municipio de Trinidad literalmente “pidiendo agua por señas”. Este triste panorama para miles de residentes en una ciudad que vive del turismo extranjero está pronto a llegar a su fin. Al menos eso afirma el diario Escambray.
La buena noticia supone el regreso del turismo extranjero a un municipio que es referencia del turismo en la isla de Cuba y como tal “la entrada” de divisa fresca, no solo a los bolsillos de los cuentapropistas cubanos que abarrotan sus calles, sino también del Estado. El Ministerio de Turismo de Cuba también saca su tajada, y bien gorda por cierto, con la explotación turística de un enclave que se promociona en el mundo entero como “una ciudad detenida en el tiempo”.
Son Trinidad y Baracoa, además de Puerto Príncipe y La Habana, villas que conservan la magia de la colonia. Entre todas, las dos primeras. Entre las dos primeras, Trinidad.
La ausencia de turistas durante más de 8 meses ha repercutido sobre el presupuesto local. Trinidad, el MINTUR y el país en general, dejaron de ingresar varios miles de pesos con el cierre de una ciudad visitada diariamente por cientos de turistas extranjeros.
Esta realidad parece estar cambiando ahora mismo, aunque Escambray asegura que no “experimentará un giro radical de la noche a la mañana”.
“Tras un letargo de ocho meses que parecieron ocho siglos, la pintoresca ciudad del centro sur de la isla comienza nuevamente a abrir sus puertas al turismo”.
Fue justamente en un hostal de la villa trinitaria donde se detectó por primera vez la presencia de la covid-19 en la isla. Un grupo de turistas italianos, procedentes de la región de Lombardía, trajo la pandemia a la isla. Cuba tuvo tiempo suficiente de cerrar sus aeropuertos y terminales marítimas a la entrada de turistas de modo masivo, pero dicen que en la confianza está el peligro y las autoridades cubanas se mostraron confiadas en un sistema de salud a todas luces poco preparado para enfrentar una enfermedad desconocida.
Días después de que Trinidad diera la alerta, el país puso cerrojos a los aeropuertos y a toda la actividad turística, pero ya era tarde.
Este cese del turismo en la isla, dejó a muchos dueños de negocios y trabajadores vinculados al sector del turismo en Trinidad sin fuente de ingresos. Si ya el país se sentía los efectos del cese del turismo de cruceros proveniente de los Estados Unidos y otras medidas similares que estaban impactando directamente contra el sector turístico, en Trinidad, especialmente, este cierre debido a la pandemia fue un cubo de agua fría.
La ciudad y la provincia salieron de “la primera ola” casi sin afectaciones, pero más tarde se destapó el rebrote que convirtió a Sancti Spíritus en uno de los epicentros de la enfermedad en Cuba. Diversas fuentes apuntan a que el responsable fue una infidelidad de un alto funcionario en el territorio espirituano.
Hoy, por suerte, la provincia se encuentra en la primera fase recuperativa. Trinidad pasó a segunda fase.
Sin embargo, este regreso a la normalidad se hará respetando estrictamente los protocolos sanitarios, “incluidos la ocupación de hasta un 60 % de las capacidades y la presencia del médico y la enfermera en las instalaciones”, expresa la nota del portal oficialista.
“No es a la carrera”, advierte a Escambray Alberto Ramos Amador, subdelegado del Ministerio del Turismo en la provincia de Sancti Spíritus. El funcionario del MINTUR en el territorio explicó que, en el caso de Trinidad, por ahora, abrirá el hotel Las Cuevas y los restantes se irán incorporando en dependencia de la demanda.
Lo cierto es que es una muy buena noticia. Que la hermosa ciudad de Trinidad en Sancti Spíritus vuelva a respirar, por sus empedradas calles, el olor de los perfumes Coco Chanel, Prada, Givenchy…..
Ariel P.
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