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Cuba

Psiquiatra cubano cuenta cómo huyó en Namibia

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Tras cumplir tres misiones médicas en distintos países, un psiquiatra cubano decidió huir en Namibia cuando vio que iba a ser castigado por expresar sus ideas en publicaciones de redes sociales.

La vida del psiquiatra cubano Emilio Arteaga Pérez cambió para siempre cuando le llegó una citación de parte del responsable de la misión médica de la isla en Namibia, debido a las publicaciones que hacía en redes sociales.

Ese 26 de septiembre de 2020, su situación dio un giro radical que lo terminó llevando a abandonar la misión en esa nación africana, ante las represalias de la Seguridad del Estado que se cernían sobre él por lo que compartía en Facebook, detalló en entrevista con Diario de Cuba.

“Ese día me convocan a una reunión con el jefe máximo de la misión. Todo como una cosa ultrasecreta: que apagara el teléfono, que lo pusiera en la mesa, que no quedara evidencia de esa conversación. Es ahí donde me entero de que había llegado información de algunas publicaciones mías en las redes sociales. No eran nada del otro mundo, eran crítica social, alguna que otra sátira política, algún que otro meme compartido, estados míos de opinión sobre la situación social de Cuba. Pero ellos consideraban que eran muy ofensivos, que atacaban a la Revolución. Tenían capturas de pantalla de semanas, incluso de par de meses atrás. Alguien se dedicó a enviar esas publicaciones mías a la jefatura de la misión y es por eso que fui convocado”, cuenta el profesional de la salud.

El psiquiatra cubano detalla que fue una reunión incómoda de dos o tres horas, en la que le cuestionaron su publicaciones críticas entre las cuales había un meme de Ricardo Alarcón, compartido desde la página del opositor Eliecer Ávila.

Fue entonces que el médico se dio cuenta de lo que podía pasarle, cuando le dijeron que su caso estaba a otro nivel, algo equivalente a que informarían a La Habana. Como estaba en contacto con Alexander Pupo Casas -un galeno expulsado de su carrera en la isla por compartir igualmente post críticos en redes sociales-, pudo vislumbrar el panorama que le aguardaba si volvía a la Mayor de las Antillas y tomó una decisión radical.

“En cuestión de 24 a 48 horas tomé la decisión, elaboré un plan de escape y me fui de la casa donde estaba asignado a vivir con otros doctores. Decidí irme de madrugada, con la ayuda de alguien que conocía allá. Literalmente escapé de la casa como si fuera un fugitivo. No tuve otra opción que tomar esa decisión, porque sabía que no me podía defender una vez que me cuestionaron si era o no un médico revolucionario”, recuerda.

Pero no todo fue tan sencillo para el psiquiatra cubano, quien debió pasar entonces mucho tiempo escondido en ese país antes de un viaje milagroso que lo llevó a España.

“Estaba en un territorio hostil, porque todas las brigadas médicas cubanas tienen una dotación de agentes de la Seguridad del Estado y personas del Ministerio del Interior que no son médicos, sino que son policías que te están chequeando (…) Aquello significó que estuviese en un sitio que no voy a revelar. Pasaron cinco meses. Yo estuve literalmente, como decimos los cubanos, ‘enterrado’ en un sitio, una especie de garaje. Ahí se me habilitó algo, estuve protegido, sin salir a la calle, ni a la esquina, nada. Salía de noche un poco al patio, al jardín de allí que tenía una tapia que me protegía de la calle. Esa sensación de peligro realmente no se la deseo a nadie, y ahí empecé a pensar qué hacer”, revela.

Meses después, pudo emprender un viaje a España, en donde actualmente pide asilo. Estando allí, se enteró de que a su centro laboral fueron a reportar su “deserción”.

“Iban a averiguar cómo quitarme mi casa en Cuba. Pensé que lo único que me quedaba era pedir protección en este país. Afortunadamente, hice mi solicitud, no te garantizan que te lo den o no, es un proceso que tiene que definir España”, explica.

El psiquiatra cubano opina al respecto que es un “médico libre, un ser humano libre. Nosotros los médicos que nos hemos ido de misiones y hemos abandonado somos denominados así, ‘desertores’, de forma despectiva. Es como si te estuviesen diciendo traidor, y la única forma que tenemos para responderles es que no somos desertores, somos libres”.

Emilio Arteaga Pérez integra ahora el Gremio Médico Cubano Libre, que critica al gobierno y persigue “el rescate de la ética, el respeto a la libertad, el ejercicio de una Medicina bien hecha, la docencia, la actualización, el intercambio científico, médico y por supuesto el amor por la libertad de Cuba”.

“La esperanza que tenemos todos los cubanos que queremos una Cuba de progreso y de libertad es esa. Cuba es de todos los cubanos que están allí, y de todos los que no estamos. Es nuestra, no de un grupito que sea afín, supeditado y que se adscriba a la categoría de cubano. Mi sueño sería volver a una Cuba distinta, una Cuba donde no peligren nuestras libertades individuales. A veces he soñado que estoy allí viendo a mis pacientes”, afirma.

Julio Linares



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