Grave problema con el agua en los campismos de Jibacoa

Texto y fotos: Vladia Rosa García

Ir a las bases de campismo Los Cocos, Las Caletas, El Abra y Las Lagunas, en Jibacoa, se puede convertir por estos días en una odisea para conseguir agua

La familia cubana encuentra en el Campismo Popular una de las pocas opciones de esparcimiento y disfrute. En estos sitios se conjugan varios atractivos de la isla caribeña: el sol, las playas, música y el contacto con la naturaleza. Se supone que sea el espacio ideal para despejar de la rutina citadina y adentrarse en la tranquilidad rural.

La Habana carece de áreas de este tipo, así que los capitalinos deben dirigirse a la zona de Jibacoa, en la provincia Mayabeque.

El perímetro está compuesto por cuatro bases de campismo: Los Cocos, Las Caletas, El Abra y Las Lagunas. La estancia no representa un gasto excesivo de dinero en transporte, por lo que la mayor parte del año recibe cubanos de todo el país. Sin embargo, el servicio ha despertado inconformidades entre los visitantes debido al grave problema con el agua.

Los huéspedes se quejan de la ausencia del líquido en las habitaciones. Los Cocos, popularmente reconocido entre los de mayor confort, ofrece agua durante tan solo dos horas en las tardes. El resto del día los clientes deben encontrar alternativas. “Al sacar la reservación, nunca dijeron nada de esto. Es imposible estar aquí pasando tanto trabajo. Tienes que estar pendiente todo el tiempo para ver a qué hora llega”, explica Diana, una de las campistas.

Muchos clientes se ven obligados a utilizar el agua de la piscina mientras están hospedados. “Mi novio por las noches carga dos cubos, con eso nos bañamos y mantenemos limpio el baño”, comenta Leydi, de 21 años. Además las personas se trasladan buscando cómo llenar recipientes y almacenar el recurso de un día para otro.

Otra forma de obtener agua es mediante una llave ubicada en medio del terreno. Aunque el chorro es mínimo, resulta suficiente. “Aquí nos lavamos los dientes y la cara en las mañanas”, refiere Luis. “También llenamos envases y esta es la que tomamos porque de lo contrario hay que comprarla en la tienda a 40 centavos CUC los pomos pequeños y todos los días no se puede hacer ese gasto”.

Marcos y sus amigos de la universidad reservaron para un fin de semana. “Es triste salir de la casa para descansar y venir a pasar trabajo por un servicio que pagas. Por lo menos deberían garantizar las condiciones mínimas. Dan deseos de no venir más”.

Para beber el campismo Los Cocos tampoco cuenta con un servicio regular, sino que se restringe a los horarios de almuerzo y comida.

Cuando uno se dirige al local de administración, la respuesta siempre es la misma: “En sus manos no está por ahora solucionar la dificultad. No depende de nosotros. No podemos hacer nada”.

“No existe justificación para tantas deficiencias cuando se está pagando por una atención adecuada y por disfrutar, al menos, de lo básico: cama, comida y agua. La instalación debe solucionar el problema del suministro de agua, al menos el indispensable para albergar personal”, se queja Liz mientras carga una cubeta para bañarse.