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Cuba

Pánfilo arremete contra el mercado cubano y sus absurdos

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Por Flavia Viamontes

Cuando se creía que llegábamos al “boom” de los inconcebibles con el fenómeno de la carencia, precariedad y altos precios en la venta de productos alimenticios, siempre aparece algo que sorprende y supera a lo último.

Hemos visto desfilar inconcebibles como la venta de pulpo en una tienda a más de 35 CUC o unos espaguetis mágicos que ascendían a más de 14 CUC. O el picadillo de pavo y pollo que se vende en el capitalino mercado de Carlos III descongelado y rotos los envases. Y sin rebaja de precios.

Todo sin contar con la precariedad de los cafeterías y centros comerciales del país.

Dejando a un lado su exquisito humor, el actor Luis Silva, quien da vida al popular personaje de Pánfilo, arremetió hace unos minutos contra toda la falta de limpieza, gestión y calidad en los mercados cubanos.

En su cuenta de Facebook el protagonista de la popular serie televisiva “Vivir del Cuento”, Pánfilo reprende cada uno de los horrores con los que a diario convivimos los cubanos.

Y seguimos viendo horrores. Ni hablar del Mercado de 3ra y 70. Me dan deseos de llorar. Las neveras están destruidas. La peste a podrido es el primer choque. El piso sucio, con sangre y todo ese líquido que destilan las carnes mezclado con hielo derretido. Neveras FEAS con cristales rotos, y así mismo mantienen productos ahí, que cualquiera se corta. Vaya, yo no sé a dónde vamos a llegar”, afirma el actor.

Rememora Pánfilo aquellos tiempos a mediados de los años 90 cuando comenzaron a proliferar en Cuba las tiendas en divisas, en las que —entonces— la moneda con la que se adquirían los productos era el dólar.

Yo recuerdo cuando, de niño, ir a la “shopping”, era una felicidad. Fueron los inicios del oro y la plata. Las diplotiendas. Era ir a un lugar con buen trato, con tremendo aire acondicionado, olores ricos (nada que ver con el olor a guardado o a humedad de las tiendas en MN de aquella época), con productos que no veías en las tiendas de moneda nacional. Hasta las cajas registradoras eran llamativas, todo digital. Pero a nadie le importa nada. Se va destruyendo todo delante de nuestras caras y ya, no pasa nada. Cada vez escuchas de más controles, más auditorías”.

Y a nadie le interesa, es claro Pánfilo. Salvo al bloguero Iroel Sánchez que sí se alarmó por la venta a un cliente de 15 mil manzanas en el establecimiento la Puntilla.

Sin embargo, se le sigue abriendo fuego a los particulares. Que son los únicos que están sacando la cara por un respeto al consumidor, por un buen trato, por un refresco bien frío, por establecimientos con novedosos diseños. Con cosas, equipos e insumos que tienen que ir entrando por avión, por barco, en sus abultadas maletas, escondiendo esto por aquí, disimulando esto otro por allá. Porque comprarlo en Panamá, en Cancún, o donde sea, es muchoooo más barato que comprarlo en una TRD Cubana. Luchando, por supuesto, con la compañera ADUANA. Que cada año recrudece su bloqueo interno. Decomisando hasta máquinas de hacer hielo. Porque eso es CARÁCTER COMERCIAL. Cuando el país necesita que cada cubano entre una máquina de hacer hielitos. Que se llene el país de hielitos. Qué rico!! Hielo por todos lados. Y se acabarán los refrescos calientes. Pero no. No lo hace el ESTADO, pero tampoco te lo dejo hacer a ti como PARTICULAR. Hemos caído en una contradicción eterna”, asevera.

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