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La doctora afroamericana Melissa Barber, quien se graduara como médico en Cuba dijo a la oficialista Prensa Latina que “ella sueña con que un día la gente de su comunidad en el Bronx tenga el mismo derecho a la salud como sucede en Cuba.”

En medio de la pandemia que enfrenta el planeta contra el COVID-19, la doctora fue más allá y dijo, desde el Bronx, refiriéndose al gobierno de Cuba: “Ojalá nos enviaran médicos”.

Las declaraciones de esta doctora encontraron eco rápido en los medios cubanos, ávidos de este tipo de noticias que refuerza en ellos la teoría de que el sistema de salud cubano es el mejor del mundo.

Una verdad en todo este panorama es que en Nueva York, ciudad dónde está localizado el llamado Bronx – barrio pobre, de afrodescendientes y latinos fundamentalmente – el COVID-19 ha puesto a prueba al sistema de salud de los EE.UU.

Los grupos más vulnerables copan las salas de los hospitales, y Barber afirma que “no hay suficientes recursos humanos ni medios para la protección como guantes y máscaras”. En días pasados, The New Yorker publicó un artículo en el que unas enfermeras neoyorquinas posaron “vestidas” con batas hechas con nylons de basura marca Hefty.

“Hay mucha gente que mueren en las salas de emergencia”, afirmó la doctora Barber a Prensa Latina desde Nueva York, pero el panorama descrito por ella no es muy diferente al que reportó China, al inicio del brote, un hecho que no fue descrito con toda la luz en los medios oficiales cubanos debido a la “amistad” entre ambos gobiernos.

Barber dijo que en Cuba “hay una voluntad del gobierno”, una voluntad que contrasta con la escasez permanente de recursos.

La doctora dijo que “por esa voluntad Cuba ha vencido”.

“Lo peor es que Trump fue advertido sobre una posible pandemia desde noviembre o diciembre y no tomó medidas para evitar la tragedia. No hizo nada”, dijo la doctora desde EE.UU. país al que regresó luego de graduarse en la isla.

“Todo lo que yo aprendí en Cuba es una gran ayuda en este momento”, aseguró a Prensa Latina y dijo que algunos líderes de su comunidad le han preguntado a ella porqué Cuba no envía médicos a EE.UU.

“Incluso me dicen si pueden hacer la petición formal para traerlos a nuestra comunidad. Ojalá”, expresó, y dijo que “el corazón de Cuba es el internacionalismo y siempre está presta para ayudar.”

“Ha sido una idea desde el principio de la Revolución”, esgrimió.

Melissa dijo que ella siempre ha considerado a Cuba su otra patria, y con relación a su función actual como doctora en EE.UU. dijo que el mérito de todo lo que ella es “lo tiene Cuba”.

“Cuba está en mi corazón, le doy mi vida”, dijo y envió un saludo a sus profesores de pediatría en la isla del Caribe.

Melissa, en días pasados ofreció declaraciones al diario Indypendent, en la cual afirmó que “confía” en el sistema médico cubano.

“Cuba es capaz de manejar una crisis como esta, porque allí han tratado con situaciones de emergencia antes y como nación están unidos”, subrayó.

El tiempo le dirá a Melissa si Cuba pudo o no superar la crisis del COVID-19.  Por ahora, el modelo matemático indica que la isla transita por la curva más elevada y que el pico de casos aún está por poner a prueba el sistema de salud que ella tanto defiende.

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