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Cuba

Nuevos testimonios de médicos cubanos que escapan de misiones

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La mayor parte de las veces, el día a día de los médicos cubanos en misiones solo se conoce cuando alguno deserta

Un médico cubano que hace muy poco desertó en Venezuela, accedió a conversar con Diario de Cuba sobre la manera en que transcurren las misiones en tiempos de coronavirus. El galeno, que por razones más que obvias ofreció su testimonio bajo la condición de no ser identificado, explica:

“Cuando comenzó lo de la pandemia, nos dijeron que teníamos que hacer pesquisas todos los días. Nos daban un nasobuco hoy y teníamos que recordárselo para que nos dieran otro al cabo de diez días. Había que ir a zonas que son peligrosas; yo muchas veces tuve que ir solo”.

El médico prosigue narrando lo que era su día a día, con todo lo que debía lidiar: “Nos decían que debíamos pesquisar a 150 personas en un día, pero eso era imposible y había que caminar muchísimo”. Y concluye admitiendo con pesar: “Teníamos que inflar; yo lo hice. Pesquisaba un par de casas y después inventaba nombres y cédulas. Hasta nombres de conocidos míos en Cuba puse. Los jefes de las misiones no se dan cuenta, ni lo revisan, porque lo importante son los números”.

Lo que cuenta este doctor nos remite inmediatamente a los casos de los dos médicos fallecidos el pasado año en esa nación sudamericana -Leonel Batista y Guillermo Sáez- además del enfermero Yoel Rodríguez. Todos por coronavirus y solo se supo de la muerte y los motivos reales en medios independientes, como 14ymedio.

Misiones en Arabia Saudita

Alex Pardo Castro es especialista en Medicina Interna. Estuvo en Arabia Saudita desde septiembre de 2019 y hasta mediados del pasado año. Cuando habla con Diario de Cuba, este médico admite que en ese país sí que es impensable toda eso que ocurre en Venezuela. Nadie se atrevería a manipular un informe.

Él se enfrentó, no obstante, a otros problemas. Y describe lo que se conoce como el sistema de conciliación, otro invento del gobierno de Cuba.

Los árabes le pagaban su sueldo íntegro y justo ahí entraba la trampa que habían ideado.

“Yo enviaba el dinero para el Gobierno de Cuba a una cuenta a nombre de mi mamá. Para los árabes, yo le mandaba el dinero a mi familia y no es así. Uno mandaba el dinero para el Gobierno de Cuba”.

Neus Francino

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