“No es negro, es azul”, la frase racista en Con dos que se quieran III

Con dos que se quieran es uno de los mejores programas de la TV Cubana. Sin embargo, ayer, a un entrevistado “se le fue la catalina”, con frases racistas.

Mucho podrá decirse a favor y en contra del programa Con dos que se quieran, sea la temporada que sea.

Un producto perfecto no es. En ocasiones muy interesante. Importante, también, cuando se visibilizan muchas veces “héroes anónimos” detrás de una pantalla; médicos que curan vidas; artistas de todas las esferas. En ocasiones, para el olvido.

Algo que debe agradecerse sin dudas, es el hecho de que su conductor, Amaury Pérez, hombre de amplia cultura, sabe sacarle el jugo a su amistad con el entrevistado. A veces puede parecer demasiado adulador; reclamar la parte de la amistad que le toca. Sin dudas es carismático Amaury. Gracioso. Provoca.

A mi, en lo personal, lo que más le pudiera aplaudir es que no tiene miedo a preguntar lo que le interesa, así sea “peligroso” lanzarse en el contexto que suele rodear cada pregunta.

Pongamos, por ejemplo, en una balanza, un entrevistador de la TV como Oliver Zamora de un lado, y del otro a Amaury. El primero no se permitiría ni de bromas, jugar con la cadena del mono, algo que Amaury sin temor suele hacer en Con dos que se quieran.

Pero, recientemente, el programa de Amaury fue duramente criticado.

En una entrevista al destacado cineasta Rafael Solís, Amaury le lanzó una pregunta sobre el cine independiente. Las personas que escucharon la respuesta de Solís se molestaron porque Amaury no refutó la teoría del cineasta; y se molestaron a tal extremo que no fueron pocos los que hubiesen querido darle candela a ese programa, si hubiese sido posible.

No fue una pregunta al caso. Amaury, en el programa siguiente, con un entrevistado similar, volvió a indagar por el cine independiente. Tanto “acoso” les hizo pensar a muchos que Amaury Pérez tenía algo contra estos cineastas.

Pero el problema con Amaury no parecen ser “las preguntas”, parecen ser “las respuestas”. Las que no da.

No es la primera vez que le pasa. Tampoco es al primero que le sucede; pero lo sucedido ayer pudiera clasificar como la peor de sus “respuestas”.

¿Recuerdan el 20 de mayo que se le armó a Edith Massola y a David Calzado por una entrevista en la que el charanguero dijo que “no veía” una cantante femenina en su orquesta? La forma en que lo explicó David se ganó la crítica. A Edith, la criticaron por reírse.

Eso mismo hizo ayer Amaury: reírse. Y se rió cuando – miren ustedes que interesante – defendían entre él y su invitado “la inclusión” en el Ballet Nacional de Cuba.

Hablaban de bailarines del sexo masculino; de tabúes, de raza, y al mencionar Amaury al bailarín Andrés William, su invitado, el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera dijo:

“Andrés William no es negro; es azul“. Una frase a todas luces muy racista y la cual le entró pegada a las costillas a Amaury, a 100 millas por hora, sin que este pudiera hacerle swing.

Por si fuera poco, Cabrera continuó mencionando bailarines negros dentro del Ballet Nacional y mencionó tantos que tuvo que hacer una reflexión.

“Hoy en día estamos teniendo lo que yo le llamo la mulatocracia“, dijo; otra palabra racista, ante la cual Amaury lanzó una carcajada, de la cual ya han dado cuenta activistas contra el racismo dentro de la isla.

¿Qué debería suceder ahora? ¿Una disculpa pública?

Lo más triste de este caso es que se trata de un programa grabado. Un programa visto por varias personas antes de ser llevado a la Televisión. ¿Y nadie se hizo una crítica sobre el “Negro-Azul”? ¿Qué está pasando en nuestros medios que esa frase “pasó” y nadie se preocupó? ¿Protestó?

Esperemos más reacciones. Tal vez una respuesta. Un mea culpa. ¿La veremos?

por Roberto A.

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