Mujer toma venganza de novio que la botó “por gorda”

Jen Atkin pierde 112 libras y gana título de belleza en el Reino Unido. Dos años antes, su cavernícola novio la botó “por gorda”.

Una mujer en el Reino Unido pasó de ser obesa a perseguir sus sueños de convertirse en reina de belleza, y todo gracias a su expareja, un “machango” presumido y superficial que la botó “por gorda”.

La mujer, Jen Atkin, de Grimbsy, North East Lincolnshire, decidió “vengarse” del estúpido, con quien dice pasaba la mayor parte del tiempo viendo televisión y comiendo en exceso.

“Los fines de semana, nos convertíamos en reclusos virtuales sentados en el sofá en pijama comiendo comida para llevar”, dijo Atkin al medio The Sun.

“El idilio” terminó cuando este la sorprendió con una revelación fulminante: no quería continuar la relación. ¿Por qué? Pues porque Atkin pesaba ya 240 libras.

“Pensé que mi mundo había terminado. Lloré durante semanas y usé la comida como mi consuelo”, dijo la mujer confirmando que su depresión la hizo ir cada día más, a cada rato, al refrigerador.

Pero todo tiene un final. Un día, la joven decidió que era hora de ponerle fin a su lástima y se puso en función de conseguir bajar de peso para tener una vida más saludable y plena: comenzó a caminar con regularidad, a ir al gimnasio y a estar atenta a lo que comía.

Poco a poco fue oerdiendo peso, y en la medida en que se perdieron algunos kilos, su autoconfianza se disparó.

Estuvo así, en plena dieta y con ejercicios durante dos años. Al cabo de ese tiempo, perdió 112 libras, que era más o menos la mitad de su peso corporal, cuando su novio la despachó.

De ser obesa al título de Miss Gran Bretaña

La venganza total contra el descerebrado macho cavernícola llegó más adelante. Atkin se presentó en la competencia Miss Gran Bretaña, el certamen más antiguo del Reino Unido.

Confiesa que tenía un poco de “recelos”, porque el concurso incluye varias rondas donde un exigente jurado califica a las participantes, de acuerdo a cómo visten con ropa de moda, ropa de noche y traje de baño; y que culmina con una entrevista de panel donde la hacen preguntas para determinar si la aspirante, además de poseer un bello cuerpo – vaya cosas que tienen estos concursos “de belleza” que se fijan primero en el cuerpo para valorar a las concursantes – tiene estudios y está preparada y posee conocimientos.

Atkin pasó cada ronda y terminó como finalista. Horas después, terminó ganando la corona de belleza más grande de Gran Bretaña.

Derrotó, dice The Sun, a otros 59 concursantes en la final nacional en Leicester. No, derrotó a 60, porque… ¿dónde dejan a su novio?

Para Atkin, la victoria significó mucho más que una corona.

“Ganar Miss Gran Bretaña marca el final de un viaje largo y difícil, pero también asombroso”, dijo la joven que recordó al cavernícola, y el momento en que este la botó “por gorda”.

“Estaba devastada, pero terminó siendo lo mejor que me ha pasado”

Es cierto, fue una experiencia dolorosa, porque tener una relación y pensar que todo va bien, y que de pronto tu pareja, de la nada, te diga “no te quiero porque estás gorda”, es un golpe duro en la cabeza.

Pero en el caso de esta chica, y de otros similares, terminan por sacar de las personas y revelar de lo que verdaderamente son capaces. Atkin, como otras, demostró que su verdadero valor estaba más allá de las libras de menos que le exigía su novio.

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Que este la botara “por gorda”, lo usó ella para llevar su vida en una dirección asombrosa que ni siquiera sabía que era posible.

Probablemente hoy, el machito que la prefería flaca, de tan superficial que es, ande lamentándose porque ser novio de Miss Gran Bretaña, de seguro, sería para él como un título de nobleza.

Lamento decirte, muchacho, que no la mereces, y nunca volverá a ella a caer en tus machistas garras.

por Roberto A.

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