Connect with us

EEUU

Millonario bondadoso acoge para siempre en su casa a dos homeless

Published

on

Un millonario residente en California decidió realizar un acto de bondad y permitió que una pareja de homeless -los llamados sin techo- fueran a vivir a su casa. Terry McGrath decidió acoger y brindar de modo indefinido su casa a una pareja que llevaba alrededor de diez años viviendo en la calle

Greg Dunston y Marie Mckinzie vieron abrirse los cielos ante sus ojos cuando este generoso millonario residente en el exclusivo barrio del área de la bahía les dijo que por qué no empacaban sus cosas y se iban a vivir con él.

Al principio fue difícil para ellos creer que aquel hombre bondadoso y adinerado estaba siendo sincero con ellos. McGrath estaba decidido a hacer un simple acto de bondad por la pareja. El encuentro no fue casual.

McGrath leyó en el San Francisco Chronicle la historia de esta pareja que se encontraba viviendo en la calle. Dunston es ciego de un ojo; su esposa tiene problemas óseos. Ninguno al parecer era elegible a la vista de los empleadores y la pareja lo fue perdiendo todo, poco a poco, hasta que se vio en la calle.

Ahí hubiese seguido esta pareja de homeless a no ser por dos cosas. Una, que McGrath leyó el periódico esa mañana; y dos, que su corazón se conmovió para ayudarles.

Sobre todo porque estaban en Oakland, una ciudad que según reportes tiene en las calles más de 8000 personas sin hogar. Eso a pesar de que es una de las ciudades más ricas del país, y donde vivenn más multimillonarios per cápita que cualquier otra, según datos suministrados por el Censo de Multimillonarios Riqueza-X de 2019.

Terry McGrath, demócrata y trabajador en el negocio de bienes raíces contó a los medios que, al leer la historia en el periódico, lo que más le impactó fue “el amor entre Greg y Marie y cómo pudo sobrevivir en uno de los entornos más duros de la tierra”.

Del pensamiento pasó al hecho concreto. Fue a buscarlos, los llevó a tomar un café y les hizo la propuesta.

Traerlos a vivir con él exigió también otras medidas. Tuvo que advertirle a la policía que traería a vivir a la pareja a su casa, pues en una zona tan exclusiva, donde casi todos se ven o se reúnen en los mismos lugares,  y mayoritariamente de gente blanca, dos individuos afroamericanos que no visten como millonarios podrían ser no muy bien vistos. En un barrio donde los residentes son 74 por ciento blancos, 18 por ciento asiáticos y menos del 2 por ciento negros, erá lógico que apenas los vieran, los residentes comenzarían a llamar al 911. Como en efecto sucedió.

Sin embargo, el jefe de policía de Piamonte, Jeremy Bowers, ya estaba advertido de la presencia de los “homeless” que ahora ya no eran tal.

“Su correo electrónico fue muy práctico”, dijo “Me hizo saber que estaba abriendo su hogar a algunas personas”. Por eso cuando empezaron a llamar sobre “el asunto” ya todos los oficiales sabían como proceder.

Y es que el llamado problema de la criminalización de la raza siempre va a estar presente en lugares donde ver a una persona de la raza negra por el lugar a muchos le resulta sospechoso.

Tanto es así que McGrath, que en el pasado había ofrecido su casa a otros, jamás recibió una llamada por “ellos”, y sin embargo un día, a las 9;30 de la noche recibió una llamada para hablarle de la “situación”.

Me di cuenta cuando mencionó la palabra ‘situación’ que hacía referencia a Marie y Greg. Y le dije: ‘¿Qué situación?’ ¿Están destrozando coches? ¿Están robando casas?”.

La pareja de ancianos vive ahora a sus anchas. A Mckinzie le encanta cocinar. Tienen cama, techo y ducha.

McGrath dice que él solo quiso hacer un acto bondadoso y sobre todo demostrarle al resto de la comunidad que vive en la opulencia y en casas con cuartos que ni siquiera utilizan, que los individuos llamados homeless, no son personas contagiosas.

McGrath sabe que sus esfuerzos para luchar contra la falta de vivienda son insuficientes, pero así y todo cree que podría inspirar a otros a no apartar la vista del problema.

Aunque la idea inicial era que la pareja tuviera un tiempo para “recuperarse” y encontrar un trabajo, el buen samaritano dijo que no hay una fecha para que se vayan de la casa.

“Son como una familia. No hay manera de que los deje volver a la calle”, dijo.

Comentarios

LO MÁS TRENDING

LO MÁS VISTO