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Comenzó a tramitar para reparar, ahora tramita para tener un techo

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Una anciana espirituana de 77 años de edad comenzó a hacer trámites ante la Dirección Municipal de la Vivienda del municipio de Fomento, en la provincia de Sancti Spíritus, cuando apenas necesitaba una reparación para su vivienda en el 2017; ahora, dos años después, por demoras en trámites – ya saben Uds. como es el “peloteo” en Vivienda – su casa necesita todo un techo.

Ese es el caso de Gudelia Crespo Rodríguez, una anciana que vive en Calle A no. 20, esquina a Martí, en el municipio espirituano de Fomento, y que sus varios problemas de salud  – es diabética, hipertensa, presenta una cardiopatía isquémica y una EPOC, además de ser impedida física tras sufrir una fractura de cadera – hubieran presagiado una actitud pronta por parte de la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV). Eso, en un mundo ideal, porque la realidad ha sido muy distinta.

El techo de la vivienda de Gudelia sufrió una afectación parcial tras el paso del ciclón Irma en septiembre de 2017.

Los técnicos de la DMV se presentaron en el hogar y le asignaron los materiales correspondientes: 20 planchas de fibrocemento, una puerta delantera, una persiana, una solera, ocho alfardas, 36 cintillos, 20 tejas, dos sacos de cemento y tres kilogramos de puntilla.

La directora de la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) le dijo que tendría que colegiar con el presidente del gobierno municipal para ver si le aprobaban una guía, cargarla y aserrarla

Un mes después, en octubre, fue aprobado el contrato por el Banco Popular de Ahorro mediante el cual, el Banco, le descontaría a su hija el dinero de los materiales poco a poco. El día 30 compraron la puerta y las puntillas.

Pasó noviembre, y en diciembre cuando fueron a comprar el resto de lo asignado solo pudieron adquirir las planchas de fibrocemento. Ya no había materiales.

Llegó mayo del 2018 – ya estamos en mayo del 2019 – y con las lluvias el techo se le afectó aún más a Gudelia. Su hija volvió a ir a la DMV, y la directora le dijo que no había madera.

También le dijo que tenía que “colegiar con el presidente del gobierno municipal para ver si le aprobaban una guía, cargarla y aserrarla.” Y le dijo además que “debía tener una cantidad de dinero, la cual ella no tiene ni tendrá en su vida.

Como ni Gudelia ni su hija tenían recursos para financiar esta solución, pasó el tiempo y pasó, y en diciembre TODO EL TECHO se le vino abajo a Gudelia.

Otra vez la visitó un funcionario y un técnico, pero le dijeron que no había materiales. Igual respuesta le dieron unos carpinteros de la UEB de Construcción que la visitaron tras gestiones hechas por su delegada de circunscripción. Diez días después, y antes de que finalizara el año, la visitaron unos funcionarios de la Construcción quienes le expresaron “que iban a resolver un techo de zinc que había entrado de una donación.” Ese mes le dijeron que en enero del año entrante – 2019 – estaría todo resuelto.

al día siguiente de la respuesta del compañero del gobierno, el técnico encargado dijo que no habían dado autorización para aserrar la madera.

«De mejoría nada aún. De solución nada. Y cada día se deteriora más la vivienda. Mi hija no ha dejado de ir al Poder Popular con el compañero que atiende Construcción, quien le dijo que ya había mandado a aserrar madera, que el viernes estaría aserrada y el lunes comenzaban el trabajo,” cuenta la anciana en carta enviada a la columna Acuse de Recibo del diario Juventud Rebelde.

Y prosigue diciendo:

«Aunque ya no sería tampoco lo que nos habían dicho, sino que se haría un remiendo, porque las paredes no se podían levantar por falta de materiales. Y al día siguiente de la respuesta del compañero del gobierno, el técnico encargado dijo que no habían dado autorización para aserrar la madera.

«Mi hija siguió yendo al Poder Popular. Le dijeron que el compañero estaba para Santa Clara, que llamara al día siguiente. Entonces le informaron que estaba para El Pedrero. 

«Desde diciembre nos dijeron que en enero de 2019 se nos iba a resolver la situación. Nos preguntaron que si teníamos para dónde mudarnos, y casualmente un vecino nos había brindado su vivienda. Mi hija está de licencia sin sueldo para asumir la reparación. Y nada.”

El 19 de abril a su hija le dijeron que ” la madera la habían mandado a buscar de Sancti Spíritus para el municipio de Yaguajay”.

Ya han llegado las lluvias de Mayo y Gudelia sigue sin techo.

 

nota: foto de portada referencial

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