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Cuba

¡Mi hijo no quiere aprender chino!

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Por Vladia Rosa García

El anuncio de que los estudiantes cubanos podrán aprender chino ha causado revuelo

Al parecer, ahora en Cuba se estudiará chino. Todavía muchos piensan que es “bola”, de esas noticias que pasan de boca en boca y después se olvida el punto de origen y el porqué de tal comentario. Pero el convenio ya está firmado.

En los años 80, cuando la hermandad nos unía a la antigua Unión Soviética, el plan de estudio se adecuó para impartir clases de ruso. “Fue una locura. Comencé la secundaria con inglés y en noveno me tocó cambiar de idioma. Al final no aprendí ninguno”, recuerda José, de 56 años. En aquel momento ambas lenguas se rotaban dependiendo de la enseñanza.

Con la caída del campo socialista solo prevaleció el inglés. Los profesores encaminados en los saberes de las tierras de las matrioskas se vieron obligados a cambiar el chip por el hello y el ok. ¿Sucederá lo mismo ahora?

Para enseñar inglés, única lengua extranjera obligatoria desde la primaria hasta la culminación de la universidad, el país ha atravesado por disímiles dificultades. La más importante es la escasez de personal competente para impartir las clases. Esto ocurre por igual en casi todas las escuelas.

“Salí del preuniversitario sin saber. Nunca tuve profesores. Iban, venían. Todos empezaban por el principio, lo básico: el saludo, la presentación, la despedida, los alimentos y al mes se marchaban. No había avance. Para las pruebas nos decían el día antes, más o menos, lo que saldría. No sabía tampoco quien las revisaba. Cuando entré a la universidad tuve que buscar un profesor particular y pagar 20 CUC al mes”, admite Víctor, ingeniero civil.

En este contexto preocupa cómo se las arreglarán los profesores con la complejidad del chino aunque hasta el momento, según la información ofrecida, también se facilitarán maestros para el aprendizaje.

“Si van a enseñarnos que sea el coreano, gusta más y estamos acostumbrados”, comenta Leila, de  noveno grado. La juventud cubana se ha convertido en alta consumidora de las series y la música asiática proveniente de Corea del Sur, por tanto, las costumbres relacionadas con esta parte del mundo aparecen como preferencia entre este grupo etario.

Jessica, madre de una niña de 13 años, se cuestiona las razones de esta elección. “Me enteré por Internet, habían varias noticias, pero todavía en el centro de mi hija se guardan la información. No creo que sea la elección más oportuna. A los muchachos no les motiva, si fuera francés o cualquier otro, pero chino, para qué”.

“¿Y eso para qué sirve? Yo estudio en una casa particular English los fines de semana porque según mi familia es importante para mi futuro. De ahí en fuera, no veo ni películas en otro idioma y menos en ese que es súper enredado”, declara Amanda, de 15 años.

“Mi hijo no quiere aprender chino. Eso es otra locura más. Es uno de los más difíciles del mundo. Con un alfabeto completamente distinto al nuestro. Aunque un por ciento grande de la población mundial lo hable, la mayoría son de China. Si con el inglés pasan trabajo para impartirlo, imagínate con ese. Otra locura más”, afirma Belkis, madre de un niño de 12 años.

Otros criterios apuntan a la importancia y a la preparación. “Es cierto que la primera impresión crea incertidumbre, nadie imaginó que algo así sucedería. Pero en parte es bueno. Ojalá le pongan empeño y no se quede como el resto de las medidas que toman. Al inicio cogen fuerza y después es más de lo mismo”, explica Bárbara, profesora de español.

 

 


 

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