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Meghan Markle y el Príncipe Enrique sacuden a la corona británica

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Las declaraciones hechas por Meghan Markle y el Príncipe Enrique a Oprah Winfrey han sido estremecedoras. Ojo, hoy lunes por CBS transmiten la segunda parte.

Racismo, desprotección, chismes, acoso de todo vivió la pareja en la realeza británica.

Pensamientos suicidas, racismo, odio… la estremecedora entrevista que concedieron el príncipe Enrique y Meghan Markle a Oprah Winfrey, y que fuera grabada en febrero, salió finalmente al aire y la corona británica no ha quedado muy bien parada tras las impactantes declaraciones de ambos.

Ha sido una sacudida de 9 grados en la escala de Richter, capaz de echar abajo al Palacio de Buckingham aunque dicen los que más saben que a la reina Isabel II no le preocupa mucho. Otros que saben tanto como los primeros, dicen que sí, aunque Meghan despejó cualquier duda:

“Siempre fue encantadora conmigo”, admitió Meghan Markle sobre la reina Isabel, mientras que el príncipe Enrique aseguró que la relación con su abuela es muy buena y que hablan con mucha frecuencia.

Algunos explican que la reina es así de encantadora; otros conocen que es una verdadera estratega en el tablero de la “diplomacia”.

Lo cierto es que ha sido una auténtica bomba lo que han revelado tanto Meghan Markle como el príncipe Enrique.

En parte, luego de escucharlos, luego de ver las lágrimas de Meghan Markle, uno puede entender por qué lo sucedido era más que previsible, aunque claro los detalles suelen ser siempre más escandalosos.

Esto, sin embargo, se temía; y justifica, además, el porqué los duques de Sussex -el príncipe Enrique y Meghan Markle- se desvincularon de la familia real británica. Si usted ya se encontraba en shock por alguna cosa que había estado saliendo y que se filtró por aquí y por allá, sepa que lo que dijeron ambos ante Oprah Winfrey califica como eso que llaman a menudo “declaraciones explosivas”.

No fueron parcos dentro de la corona británica en general, en expresarle al príncipe Enrique y sobre todo a Meghan Markle, de madre negra, que se sentían “preocupados” porque la piel de su primer hijo, Archie, “sería oscura”. Eso sucedió antes de que el niño naciera, y en parte, sería una lanza que horadó el cimiento de la confianza y el futuro de la pareja dentro de su andamiaje palaciego.

Se les dijo -revelaron ambos ante una Oprah Winfrey atónita- que Buckingham les informó durante el embarazo de su primogénito, Archie, de que el bebé no tendría título de príncipe o princesa (aún no sabían el sexo).

La joven narró además que durante un tiempo, ella tuvo pensamientos suicidas constantes, pero no quisieron ayudarla. A tal extremo están las cosas allí -las dejaron ellos y sin ser los culpables según estas y otras declaraciones- que el príncipe Carlos no le responde el teléfono al príncipe Enrique.

“No tenía en quién apoyarme”, declaró Enrique, y de su padre señaló: “Me ha decepcionado”.

Meghan Markle, por su parte, conoció a las malas por qué nunca pudo ser para la corona británica otra Kate Middleton, blanca e inglesa.

Por eso tampoco se les brindó seguridad, ante el acoso de la prensa amarillista. ¿Cómo la corona pudo actuar así e Isabel II ser “encantadora” al mismo tiempo, cuando todo el mundo sabe que una orden suya es ley en el palacio? ¿O acaso fue Carlos?

Lo cierto es que ni Meghan Markle ni el príncipe Enrique quisieron “dar nombres”, y hasta Enrique quiso “tirarles un paño”.

“La familia tiene una mentalidad de esto es lo que es, no se puede cambiar“.

Meghan Markle, según lo visto en esta primera parte transmitida por la CBS -la segunda parte se emite hoy lunes- habría conocido en carne propia el dilema que vivió la princesa Diana de Gales durante su estancia dentro de esas cuatro paredes, el tiempo que vivió con Carlos.

Lady Di, blanca, rubia y de ojos claros, pero con un pensamiento muy adelantado para su época, habría sido la primera mujer que se rebeló contra la corona británica. La princesa Diana de Gales sufrió depresión y su final fue trágico. Murió perseguida por los tabloides; los mismo tabloides que “perseguían” a Enrique y Meghan Markle y para los que la corona británica les comunicó no tenía protección para brindarles.

Meghan Markle puede que haya sido la segunda, pero su sufrimiento no ha sido menor, según lo que ha contado en la televisión estadounidense y ante Oprah Winfrey.

Tampoco ha sido menor en categoría lo que han dicho Meghan Markle y el príncipe Enrique de la institución monárquica, a la que han acusado de racista.

“Tuve pensamientos suicidas constantes y claros”, dijo ella. Hubo “falta de entendimiento y apoyo”, dijo él, que en un momento verdaderamente tenso expresó: “Tenía miedo de que se repitiera la historia de mi madre”

Kate Middleton: un lobo en la piel de oveja

Aquellos que se enamoraron algún día con Kate Middleton por su rostro risueño, belleza y lozanía, sepan que como reza el refrán “no es tan bonita como la pintan”.

Kate, toda una arpía, tuvo varios encontronazos con Meghan. La hizo incluso llorar en una ocasión, y luego vendió a la prensa una versión en la que ella había sido la víctima.

Buckingham “sabía que era mentira” y nadie dijo nada; mientras la prensa, interesada en explotar el conflicto entre las cuñadas, le sacó el quilo a cada rumor que les llegó a los oídos.

“Quieren una narrativa en la que haya una heroína y una villana”, reconoció Markle, quien evidentemente terminó siendo la villana de “esa” historia. Así es el racismo. “Estaba desprotegida”, concluyó ella.

Enrique y Meghan: el amor los salvó

Fue el amor y la confianza que se tienen lo que salvó a la pareja del abismo.

“Estaba atrapado. Ella me hizo ver la realidad de lo que estaba viviendo, preso en el sistema de la familia real. Mi padre y mi hermano siguen atrapados y no van a poder salir”, afirmó Harris.

Ambos defendieron la idea de que no ha sido intención de ellos fracturar a la corona británica, o que haya sido Meghan Markle, tal y como ha vendido la historia la prensa amarillista inglesa, la responsable de que ambos se hayan largado.

Defendieron además su postura: de haber recibido ayuda no se hubiesen marchado de Inglaterra.

Él, por su parte, reconoció el papel de Meghan en su vida y ha dicho que de no ser por su esposa, no habría dado un solo paso para salirse del lodazal.

Ariel P.

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