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Cuba

Marco Rubio responde a The Washington Post, pero sin entrevistar a cuentapropistas cubanos

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La respuesta que ofreciera Marcos Rubio al diario The Washington Post  vía Twitter, viene a ser, como algunas veces sucede en el caso de este senador cubanoamericano, una respuesta dada al paso sobre un tema en específico; vista según su modo de percibir las cosas que, como ya le ha sucedido en algunas ocasiones en el pasado, le han acarreado no pocas críticas por desacertadas.

Porque es lógico pensar que, antes de calificar de “mentiroso” a The Washington Post y ofrecer un tuitazo como respuesta, Rubio, como mínimo, debería haberse entrevistado con los llamados “emprendedores cubanos”; en específico, a esos “privados” dueños de negocios relacionados con la gastronomía en la isla y que, desde la isla, testimonian pérdidas por la reciente disminución en el número de turistas llegados al país. Que The Washington Post haya utilizado una referencia – al mencionar un sector del cuentapropismo – no parece ser más que eso: una referencia a un sector afectado, que ciertamente no es el único afectado.

La lógica indica que con la terminación de los viajes en cruceros a la isla, ese turismo que se movía dentro de la capital a su antojo durante el día usando transporte privado en ocasiones; ese turismo que comía en paladares y compraba souvenirs en las llamadas ferias de artesanía, ya no existe. Al no existir, el nivel adquisitivo de esos “emprendores” – o cuentapropistas, llámele Usted como desee – ya no existe tampoco. Menos turismo, menos ingreso. No solo para el estado cubano, también para los privados.

Porque si algo está de algún modo imbricado en Cuba, dada la crisis económica y la deficiente gestión administrativa estatal, es “el turismo”. No todo el turismo cubano es MINTUR; no todo es GAESA. Hay un sector amplio de trabajadores de la gastronomía fundamentalmente que percibe no pocos ingresos del turismo que llega a la isla. Si no hay cruceros, disminuye no solo el número de turistas que llega a la isla, sino también aquellos que de algún modo u otro aportaban con poco o mucho a los llamados “emprendores privados”.

Como es lógico, al Marco decir que “La afirmación de que la política de Trump Cuba ha perjudicado a los propietarios civiles de restaurantes y apartamentos de alquiler Airbnb es falsa” y que “no se prohíbe a los viajeros de Estados Unidos apoyar al pueblo cubano al alojarse en un Airbnb y / o comer en restaurantes privados,” incurre el Senador en un error númerico. Tampoco hay que limitarse a “esos emprendedores cubanos”. Ellos no son los únicos afectados.

Si bien es cierto que todavía a los turistas estadounidenses se les permite alojarse en un hostal privado y cenar en un restaurante privado, si disminuye el número de turistas que llega a la isla, porque obviamente los cruceros representan una ventaja con relación a los llamados vuelos regulares, y si las aerolíneas norteamericanas que ofrecen servicios a Cuba decretan que no aceptarán reservas bajo la categoría de people to people, disminuye todo lo demás. ¿Cómo entonces llegan estos viajeros a Cuba?

Marco calificó de mentiroso al diario estadounidense y recibió decenas de críticas “por decir lo que pienso sin pensar lo que digo”, a juzgar por las respuestas.

Hasta tuiteros cubanos que suelen ser críticos con las autoridades cubanas desde dentro y fuera de la isla le respondieron a Rubio basándose en hechos y no en pasiones ideológicas.


Necesita Rubio, como mínimo, preguntarle a los cuentapropistas cubanos dueños de restaurantes – paladares – privados de la isla, si las medidas lo han afectado o no y de qué manera. Luego, entonces, tuitear.

Roberto A.

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