Los espías cubanos del G2 se cantan entre ellos

Exagente entona en Granma acerca de “la invicta trayectoria de la Seguridad del Estado”. Los espías cubanos no dudan en cantarse entre ellos

Aparece en portada del oficialista diario Granma hoy un artículo de Raúl Antonio Capote, quien durante varios años se dice fue también el agente Pablo de la CIA, y el agente de la seguridad cubana Daniel. “La Seguridad del Estado tiene una gran fuerza: la del pueblo” titula Raúl la “trova” que regala a los espías cubanos del G2 con foto de los cinco de la Red Avispa.

En esta suerte de canción de cuna con la que Capote intenta mecer y dormir a los lectores contando solo lo que le conviene de los órganos de la Seguridad del Estado nacidos el 26 de marzo de 1959 -cuando no habían pasado ni tres meses de la llamada Revolución de Fidel Castro-, se señala

“Siglos de combate desigual ha librado el pueblo cubano para conquistar y preservar su independencia y soberanía; primero, frente al imperio colonial español, y luego, contra el imperio estadounidense. Generaciones de patriotas lo entregaron todo por Cuba y, una vez alcanzado el triunfo, en enero de 1959, tuvieron que crecerse, como si la sangre derramada hasta entonces no hubiese bastado. Para cuidar la Revolución había que continuar «con ojos de guardianes del sol», desvelados, defendiendo la tierra sagrada de los padres”.

Es tan farisaico este empeño de emparejar espías cubanos con la gente de a pie.  “Muchas veces se han preguntado, nuestros adversarios, qué fuerza explica la invicta trayectoria de la Seguridad cubana. ¿La respuesta? Es una sola fuerza: la del pueblo”, entona el exagente Daniel en un discurso que a estas alturas cualquiera con la posibilidad de acceder a información contrastada no se traga.

Por qué no menciona, por ejemplo, los documentos de la Fiscalía del Distrito Sur de Florida presentados en el juicio contra los espías cubanos de la Red Avispa -detenidos por el FBI en 1998- o el archivo desclasificado de más de 10 mil que se mencionó en la prensa internacional y que habla de charlas entre los agentes y el mando en La Habana en las cuales se apuntan como objetivos de la misión instalaciones militares, como “la sede del Comando Sur, la base militar de Boca Chica, en Cayo Hueso, o comandos aéreos en Tampa y Luisiana”. Por qué omite que durante el proceso judicial Gerardo Hernández -el actual presidente de los Comités de Defensa de la Revolución y célebre ya por obsequiar regaderas- fue acusado  de brindar “información a Cuba que contribuyó al derribo en 1996 de dos avionetas de Hermanos al Rescate”. Por qué ignora que Manuel de la Peña, de 24 años, Carlos Acosta (de 29), Armando Alejandre (de 45) y Pablo Morales (de 29) murieron aquel 24 de febrero de 1996  cuando MiG de la Fuerza Aérea de Cuba tumbaron las avionetas.

Raúl Antonio Capote publica en Granma porque manipula la historia, de otra forma no podría ni en ese periódico ni en ningún otro de los medios oficialistas que solo existen para socorrer a un gobierno que algunos confían en que ya agoniza. En su nueva cuenta de Twitter aclara el hombre: “Mi cuenta era @61Capote pero fue suspendida por defender a Cuba”.

Neus Francino

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