Llegó la cerveza Mayabe a provincias cubanas

La Mayabe es una cerveza que muchos prefieren por su costo: no excede los 18 o 20 pesos en moneda nacional

La cerveza Mayabe ha vuelto a los establecimientos cubanos y con ella, muchos comienzan a disfrutar los últimos días del año. Su precio en moneda nacional la ha convertido en una de las más asequibles, y, por tanto, de las de mayor demanda.

“Al igual que la Cacique, ambas de fabricación nacional, son muy cotizadas por los clientes, pues son relativamente baratas y su costo no excede los 18 o 20 pesos en moneda nacional. La Mayabe es una bebida clara, con solo 4 grados de alcohol, y gusta muchísimo. Resulta más económica que las nacionales Cristal, Bucanero, y otras marcas importadas que pueden llegar a valer hasta 35 pesos en los puntos de venta estatales”, explica Rubén Sacramento, dependiente de una tienda en el municipio habanero Plaza de la Revolución.

Los pueblos de provincia han sido favorecidos con dicho abastecimiento porque hacía meses que no se veía este producto en localidades alejadas de la capital.

“Aquí casi nunca había”, cuenta Alexis Cano, quien reside en el municipio de Güines, provincia Mayabeque. “Es que ni en la tienda te encuentras de las otras debido a que en cuanto surten llegan los cuentapropistas y se las llevan todas. Después tienes que pagarlas hasta en 50 pesos, porque también se aprovechan de su ausencia en el mercado”.

“Sería muy bueno que perdure la dinámica de abastecer las zonas alejadas de la ciudad, y que no sea solo un aguinaldo de fin de año. Siempre habrá quien prefiera otros tipos de cerveza, tal vez más cara, pero es importante que existan opciones para todos los bolsillos. En ningún lugar de mundo es un lujo tomarse una cerveza”, asegura Isolina Méndez.

El pasado 10 de diciembre una noticia de la emisora Radio Cabaiguán confirmaba el comentario que hacía días rondaba en varias regiones de la isla. Según un funcionario de la gastronomía en ese territorio espirituano, solo se permitía la venta de dicha bebida en unidades estatales, al mismo tiempo que se prohibía su comercio en negocios por cuenta propia, medida que se extendería al resto del archipiélago.

Asimismo se especificaba que estos insumos se priorizarían para las cenas destinadas a la población, las terminales y centros de embarque del transporte de pasajeros, así como en las unidades de alojamiento.

Un mercado mayorista que pueda satisfacer las necesidades de los emprendedores sin afectar el consumo popular continúa siendo una urgencia en Cuba. Por lo pronto, es válido cualquier intento que provea a los ciudadanos de mayores beneficios.

Lucía Jerez