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Las 20 supersticiones más increíbles de los peloteros de Grandes Ligas

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Un repaso por figuras del béisbol, como Orestes “Minnie” Miñoso o Ichiro Suzuki, y sus supersticiones antes o durante los juegos

El béisbol es un deporte donde las cábalas y las supersticiones abundan a todos los niveles. Viejos axiomas dicen que para ser buen fanático a este deporte también hay que creer en este tipo de cosas, tan antiguas como el juego mismo.

Todos los días en cualquier liga del mundo vemos a jugadores -llenos de mañas y costumbres- haciendo rituales para obtener un mejor resultado o para espantar la mala suerte; pero la mayoría de estas acciones “raras” no son visibles al público y ocurren en los camerinos o en los momentos previos a los partidos.

Muchas de ellas se han convertido en leyendas y la historia no ha preservado el nombre del que la comenzó, otras están ligadas a creencias religiosas o brujería, pero todas buscan un mismo objetivo: un mejor desempeño y derrotar al rival.

Es normal ver a los jugadores entrar o salir del terreno de juego sin pisar la línea de cal que delimita la zona de foul, algunos peloteros no se cambian su ropa interior mientras están en racha ofensiva, los lanzadores no ofrecen entrevistas antes de abrir un partido, o si se está propinando un “no hitter” nadie lo comenta dentro de la banca, entre muchas otras.

También tenemos las creencias colectivas como lanzar agua al terreno para traer buena suerte, ponerse la gorra al revés o agitarla con la mano extendida hacia adelante como quien pide monedas.

Supersticiones hay tantas como peloteros pueden haber dentro de un terreno de béisbol. Unas más extrañas que otras y algunas verdaderamente increíbles que pueden ser motivos de asombro o de burlas. Cubacomenta les trae hoy a sus lectores las 20 más famosas con la firma de sus protagonistas.

1-“El saludo para el Bambino”
El lanzador Roger Clemens antes de iniciar un partido en el Yankee Stadium se llegaba detrás del jardín central para limpiar el sudor de su frente en la placa conmemorativa de Babe Ruth.

2-“El arma secreta”
El toletero Jason Giambi usaba una tanga dorada debajo del uniforme para romper una mala racha cuando jugaba con los Atléticos. Esa costumbre se la pasó a sus compañeros Derek Jeter, Jhonny Damon y Robinson Cano, cuando fue trasladado a los Yankees.

3-“Obsesión con el 33”
El jardinero Larry Walker tenía una obsesión con este número que llevaba en su espalda. En la práctica de bateo hacía swing que fueran múltiplos de este número; su alarma siempre estaba fijada 33 minutos antes de la hora requerida; se casó un día 3 a las 3:33 de la tarde y cuando se divorció el acuerdo con su esposa le costó 3 millones de dólares. Otra de las supersticiones que ha trascendido.

4-“El hombre pollo”
Así llamaban al antesalista Wade Boggs porque siempre comía pollo antes de los partidos. Este pelotero, además, tenía un problema serio con la puntualidad porque sus prácticas de bateo tenían que comenzar exactamente a las 5:17, hacía carreras de calentamiento a las 6:17 y siempre recibía 150 roletazos a la defensiva.

5-“El desayuno de la suerte”
Durante más de 20 años el miembro del Salón de la Fama y elegido 24 veces para el Juego de las Estrellas, Stan Musial, comió el mismo desayuno y en el mismo orden cada vez que tenía un partido. Se trataba de un huevo hervido seguido de dos hotcakes y luego otro huevo hervido.

6-“Un baño peculiar”
Al comenzar una temporada, el pelotero cubano Orestes “Minnie” Miñoso se metió accidentalmente en la ducha con el uniforme puesto. Al siguiente día conectó tres imparables. A partir de ahí comenzó a hacer ese ritual cada vez que terminaba un partido y escribía así otro capítulo en la historia de las supersticiones.

7-“El gerente que nunca vio a su cerrador”
Kevin Towers, Gerente General de los Padres de San Diego, se retiraba del palco o apagaba la televisión cada vez que entraba al juego su cerrador estrella, Trevor Hoffman. Hoffman salvó en su carrera más de 600 partidos y en el momento de su retiro era el líder histórico en ese departamento.

8-“Dientes limpios para una victoria”
El relevista Turk Wendell mantuvo el mismo ritual durante los once años que jugó en grandes Ligas. Mientras lanzaba, masticaba cuatro piezas de regaliz negro y al terminar cada entrada lo escupía y se cepillaba los dientes. Además usaba el número 99 en su espalda y siempre pidió que sus contratos terminaran en ese número. Uno de los últimos fue de 9 millones 999 mil 99 dólares con 99 centavos.

9-“El humo del triunfo”
El lanzador Joe Niekro al comienzo de cada partido colocaba nueve cigarrillos alineados en un lugar de la banca. Al concluir cada entrada se fumaba uno.

10-“El bate tiene alma”
Así decía el jardinero japonés Ichiro Suzuki al referirse a los bates de béisbol, por lo que finalizado cada partido los trataba con suma delicadeza, envolviéndolos en papel de seda para que no se golpearan en el traslado.

11-“Conversación íntima”
El lanzador Mark Fidrych nunca lanzó una pelota para el home-plate sin antes conversar algo con ella. Primero acomodaba la tierra de la lomita con sus propias manos y luego le susurraba algo a la pelota antes de lanzarla.

12-“Ritual mecánico”
El torpedero Nomar Garciaparra siempre se vestía en el mismo orden y a la misma hora antes de un partido; llegaba al banco dando un saltillo con los pies juntos y mientras estaba al bate se tocaba las guantillas y los zapatos con insistencia.

13-“Con la cabeza sucia”
Los bateadores Craig Biggio, Vladimir Guerrero y Manny Ramírez jamás permitieron que nadie les limpiara sus cascos de batear durante toda la temporada

14-“Engrase bucal”
El dominicano David Ortiz durante sus 20 años de carrera en Grandes Ligas escupía sobre sus guantillas antes del primer lanzamiento en cada turno al bate.

15-“Líquido poderoso”
El también dominicano Moisés Alou durante la temporada regular lavaba sus manos con su propia orina para, según él, hacerlas más firmes.

16-“La uña de la suerte”
El lanzador Greg Swindell se partía con los dientes un trozo de uña y mantenía el pedazo en la boca en el transcurso del juego.

17-“Cerebro ajustado”
Cada vez que Ted Williams llegaba a dos strikes en su cuenta, se ponía el bate debajo del brazo y se ceñía la gorra firmemente con ambas manos antes de regresar al cajón de bateo.

18-“La moneda”
Desde su época de estudiante, Héctor Espino llevó siempre en su bolsillo una moneda de diez centavos de dólar para la buena suerte.

19-“Golpecitos rítmicos”
El lanzador Frank Viola golpeaba cuatro veces la tierra de la lomita de lanzar cada vez que comenzaba una entrada.

20-“Vestimenta incompleta”
César Tovar usó siempre durante su carrera una sola media sanitaria en el pie derecho, mientras que usaba dos en el pie izquierdo.

Por supuesto que hay muchos más ejemplos de supersticiones en este mundo de las bolas y los strikes. Sin embargo, llama la atención lo que dijo al respecto Babe Ruth, el que es considerado por muchos el mejor jugador de todos los tiempos: “Sólo tengo una superstición, cuando doy un jonrón me aseguro de pisar las cuatro bases”.

Roque Díaz

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