El helado Nestlé no llega a las tiendas de Mayabeque

Texto y fotos: Lucía Jerez

Neveras vacías y niños con ganas de un helado Nestlé. Encontrarlo parece ser cuestión de suerte

Resulta difícil pensar en un niño al que no le guste el helado. Igual de complejo parece creer que en Cuba ya no se trate de un lujo, sino también de una suerte.

Durante  julio y agosto, la supuesta rotura de una fábrica comenzó  a darle sentido a las neveras vacías. En junio había abierto Coppelia, tras una restauración prolongada para tratar inútilmente de devolverle los encantos que hace años perdió.  Hay quienes conservan las fotos de las ridículas colas que se hicieron a su alrededor. Era por esos días el único lugar donde a un precio módico podía adquirirse helado.

“Recuerdo que vino mi hermana de Canadá con la niña. Ella quería helado. No encontramos ni en un solo establecimiento estatal. Terminamos en un café en Miramar que se llama Gelato. Dimos 2 CUC por cada bolita. Una cosa minimalista. Eso, por supuesto, lo pudimos hacer porque ellos habían venido del exterior. De lo contrario, me es imposible dar 50 pesos cubanos”, refirió Ketty.

Luego de un corto período la situación parecía normalizarse. “Aunque insuficientes, los potes comenzaron a llegar. Se acababan rápido, pero era preferible que nada”, dice Ismael Benítez, empleado de la tienda Ultra en La Habana Vieja.

Sin embargo, la felicidad dura poco en casa del pobre. Podría ser uno de los refranes que se ajusta a esta cuestión, por no hablar de este país. No esperaron a suministrar el producto regularmente en todos los mercados, para anunciar su desabastecimiento en otros.

La Habana está siendo favorecida en este sentido. Como es costumbre, lo mejor va hacia la capital y es posible que ciertos locales tengan surtida la nevera. Por el contrario, cada vez son más los sitios de provincia en cuestionarse qué ha vuelto a pasar con el helado.

En este contexto no se ha culpado a ninguna desdichada factoría en mal funcionamiento. “No ha entrado”, suele ser la respuesta uniforme de los dependientes en los comercios de algunos municipios de Mayabeque.

Arianna Pérez despacha medicamentos en la farmacia del poblado de Vegas, tiene una hija pequeña y asegura que ha pasado más de un mes sin que disfrute de uno. “Cantidad de tiempo hace que yo no veo un helado aquí. No es que yo lo comprara todos los días, porque bastante caros son, pero en determinada ocasión en casa hacíamos una colecta y le pagábamos uno a la niña. Es que me daba lástima cuando iba conmigo y me lo pedía”.

Según uno de los almaceneros de La Espiga de Oro, en el poblado de Güines, a ellos les informaron que este, como otros insumos, se encuentra en falta debido a los problemas con el combustible que enfrenta la isla. “Como escasea el petróleo, se está dejando la mercancía en la ciudad para ahorrar viajes largos a territorios distantes”.

“Tal vez sea necesario que a Díaz ̵ Canel se le antoje una visita a esta provincia. Quien quita si, como ocurrió en Camagüey, el helado llegue junto con él”, comentó Richard Abreu, habitante del pueblo de Nueva Paz.