Connect with us

Cuba

El gran basurero de la transitada calle Obispo en La Habana

Published

on

Texto y fotos: Flavia Viamontes

Todos pasan y lo miran con asombro, alarma y hasta asco. Nadie lo cree, pero ahí está. Para transitar hay que pegarse a la pared, pues el artefacto tiene un tamaño que casi abarca toda la calle de una acera a la otra. Además que el mal olor que emana hace irrespirable esos dos segundos que necesitas para recorrer el tramo.

Está ubicado justo frente al edificio 513 de la calle Obispo, entre Villegas y Bernaza. Y está repleto de basura. Es un contenedor enorme que obstruye el paso en el medio de esa mítica arteria y que tiene en el sitio más de una semana y nadie sabe cuándo se lo van a llevar.

Según cuentan los vecinos y trabajadores de esa parte de Obispo, la empresa provincial de demoliciones, SECONS, lo trajo para acumular ahí los escombros de una pared que se cayó en el apartamento de la azotea del edificio 513.

Terminaron ese mismo día y ahí lo dejaron para que, junto a la imprudencia y mala voluntad de algunos vecinos, proliferara el gran basurero de Obispo.

Se hace difícil caminar por estos días por un tramo de Obispo

Los negocios de la calle Obispo se ven afectados

Es esta una de las calles más turísticas de La Habana. Un paseo peatonal que va desde el mítico restaurante Floridita hasta la antológica Plaza de Armas y por el que transitan diariamente miles de personas, entre ellos un buen porciento de turistas.

Ubicada a escasos metros  del lujoso Gran Hotel Manzana Kempinski, la calle Obispo alberga tiendas, restaurantes y paladares particulares, cafeterías y cuanto negocio (legal o no) pueda imaginarse.

El hedor inunda la calle Obispo

Específicamente en la parte donde está el contenedor de basura hay varias tiendas particulares que ofertan souvenires. En una de ellas trabaja Javier, y me cuenta que la gran fuente de putrefacción lleva más de una semana en el lugar. Llodian, su compañero, lo interrumpe. “¿Cómo van a dejar eso puesto ahí? Es una total falta de respeto a los vecinos, a los turistas, a los que aquí trabajamos”, comenta indignado.

Al lado, en un negocio similar, Idalmis trata de atraer turistas para que le compren camisetas, bisutería cubana, tallas de madera o cualquier otro souvenir. “Y lo peor es que es fin de semana, hasta el lunes, si acaso, no se les verá la cara a los que deben recoger esa basura”, afirma.

“No hemos podido vender apenas en estos días. Los turistas intentan entrar, pero la peste los ahuyenta. Igual le ha pasado a La Doña”, y me señala Idalmis un paladar ubicado en la acera de enfrente y cuya terraza da justamente encima del contenedor.

Paladar La Doña pierde clientes

Vista desde la terraza de la paladar La Doña

“Los turistas apenas si suben a comer acá. Este es un sitio con mucha fama, pues estamos abiertos desde 2012, pero ni las moscas ni el mal olor nos  dejan vivir”, se lamenta Martha, la dueña. Eso sin contar que disfrutar de la vista de la terraza tampoco es opción. “He perdido muchos clientes y dinero en esta semana”, agrega.

Terraza vacía de La Doña

Con ella está Nicolás Pérez,  un señor de unos 75 años que dice ser el coordinador de los CDR y el segundo jefe del sector de la policía de la zona. “Los de demoliciones llegaron, tumbaron la pared, echaron los escombros y se fueron. Nunca más se les ha visto”.

Y es así como se intensifica el hedor a basura que,  desafortunadamente, acompaña por estos días las vidas de los habaneros y los visitantes extranjeros que pasean por la calle Obispo.

¿Cuándo se llevarán el contenedor?

Comentarios

LO MÁS TRENDING

LO MÁS VISTO