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Cine y TV

Cruzada contra Pánfilo; acaso ¿quieren eliminarlo?

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Un post aparecido en Facebook, y que ha generado decenas de comentarios a favor y otros cientos en contra, parece ser la última de las críticas más acérrimas contra el simpático personaje de Pánfilo.

Eliminar a Pánfilo  -entiéndase quitar de la TV el programa Vivir del Cuento, por más señas el de mejor rating de audiencia en la Televisión Cubana- parece ser la palabra de primer orden entre algunos entusiastas “críticos”.

Eliminar, o al menos incentivar y dar espacio a opiniones negativas sobre Pánfilo y su tropa, parece ser la estrategia para, poco a poco, irnos quitando de encima al simpático viejito; y que se vaya, con su libreta y jabita para otra parte.

Está claro que, hacerlo, requiere una dosis de tratamiento previo en las masas. Un artículo en Granma aquí, un post en Facebook de un dizque – se puede leer en su biografía en Facebook – “Licenciado en Estudios Socioculturales” por allá, y si no tumbamos nada, por lo menos estremecemos una viga. Poco a poco, como las hormigas, llegaremos a la meta.

Del post de marras, el último de los aldabonazos contra Vivir del Cuento, Pánfilo, Ruperto, Chequera y Facundo, se pudieran decir miles de cosas. Hago énfasis en una: quien lo escribió, al igual que el otro de hace unas semanas, no tiene obra escrita reconocida, ni nacional ni internacional, que lo faculte como escritor humorístico; por lo cual juzgar el humor “a la ligera”, puede sentar un mal enfoque del asunto en sí. De la cagástrofe, vaya, como decía Zumbado.


No se trata de prohibirle a los individuos como el compañero Enrique expresarse; no es -digamos-  que no esté en todo su derecho a hacerlo; pero al abordar el humor cubano, sus contextos, virtudes y pretextos, no podemos apelar, como recurso de siempre, in extremis, a mencionar y/o recordar el Bobo de Abela.

El Bobo surgió en un contexto diferente -aunque, sin dudas, tiene sus parecidos con la realidad actual en la isla- y criticar a Pánfilo -o a Vivir del Cuento- según cánones traídos de otra época, al menos a mí se me antoja como un dislate. Sobre todo si tenemos en cuenta que, Enrique, repito, no tiene obra “humorística”. Aunque sí tenga un argumento. Válido o no, pero lo tiene. Aunque él mismo diga que la libertad de expresión es una bobería.

El problema surge a partir de -creo yo, que para ser algo conocedor del humor me basta (y me jacto) presentarme como devorador de toda la bibliografía de Héctor Zumbado- que el análisis del último de los capítulos de Vivir del Cuento, Help, hecho por este Licenciado en Estudios Socioculturales, no está debidamente interiorizado. La finalidad del humor de Pánfilo, y su tropa de Vivir del Cuento no es burlarse de los elementos de otra cultura; eso sería un análisis muy burdo. Sería pretender que lo obvio es el ovillo de todo la madeja de hilo.

En Help, creo yo, el humor viene a sustentar la crítica por una realidad: el daño patrimonial que está teniendo lugar en Cuba a la vista de todos. Quien lo dude, que vaya a Camagüey. Allí, los menos comprometidos con la historia se roban cualquier cosa de aluminio o metal que les sirva para hacer objetos utilitarios luego de fundirlos. Recientemente se robaron unos bancos de mármol, tal y como a Lennon -acá arriba- le robaron repetidamente unas gafas de bronce.

El humor, en Help, está dado también por el absurdo. Tenemos, en la realidad, una plaza, un salario, y un trabajador -creo serían tres, como mínimo los que se turnan- solo para cuidar una obra patrimonial; solo para, llegado el caso, quitarle y ponerle los espejuelos a un Lennon de bronce. Todo otro análisis, otra analogía como la hecha por Enrique de “quemar banderas”, es agarrada por los pelos.

Sin embargo, si hurgamos en el supuesto “despropósito” de Pánfilo y los guionistas de Vivir del Cuento, convendría tal vez cuestionarnos -si fuera el caso- de por qué la irreverencia o el irrespeto.

Para mí está claro, y creo que para muchos también. El intento de desconocer la obra de Lennon y los Beatles; aquellos enjuiciamientos escolares bajo “cargos” de diversionismo ideológico por escuchar a Lennon y a los Beatles, tal vez -digo yo, que a veces me suelo poner en el papel del diablo a conciencia- pudo sentar el irrespeto del cual, alega Enrique, adolece Help.

Quizás el mejor ejemplo que redondee esta idea se escucha en el propio Help, en el minuto 13, cuando Pánfilo se sienta en el banco, junto a Lennon, y le dice: “¿¡Quién te iba a decir a ti, que tenía que escucharte a escondidas y ahora, tengo que cuidarte en público!?

En todo caso, si así fuese, si el objetivo es eliminar a Pánfilo, el irrespeto de este viejo tiene una base y otros culpables que Enrique, a priori y por conveniencia, no menciona.

Y qué lástima, ¿no? estamos hablando de la estatua de Lennon, y no de una de Celia Cruz.

por Roberto A.

Comentarios
2 Comments

2 Comments

  1. Elsie

    September 3, 2019 at 3:01 pm

    Claro que tenemos que tener esas críticas del desgobierno ese, la verdad molesta, y más si se dice con esa gracia cubana, los que critican esto , se ríen , saben bien que es verdad, pero como tienen que vivir en esa mierda no les queda más que criticar, que lastima que todos los que preparan ese programa no se puedan quedar aquí y hacernos reír a nosotros! Viva vivir del cuento!!! El único programa que sirve en esa estupida television

    • Redacción Cuballama

      September 4, 2019 at 7:15 pm

      Hola, Elsie

      Esperemos que los de Vivir del cuento puedan seguir haciendo reír a los cubanos, dondequiera que estén. Saludos

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