Vecinos de la provincia de Camagüey denunciaron ante cámaras y microfónos lo que al parecer se ha convertido en práctica de maleantes en la provincia: el robo de tarjas, aldabas, señales del tránsito…
Algunas forman parte de conjuntos escultóricos y funerarios en la provincia, y el hecho aunque no es nuevo, confirma el más profundo desapego por la historia, la cultura y el amor por un terruño pletórico de elementos que engalanan la ciudad.
Forma parte del “vale todo”. No importa qué se indique, que se señale, que represente… lo que importa es “el metal” para ser fundido. Puede ser una tarja que identifique una casa en la cual nació un héroe; una placa que señale el nombre de una calle. Los vemos luego convertidos en llantas de autos; pura forja para garantizar el dinero con el cual se enriquecen o sobreviven los bolsillos.
Hasta las tapas de los acueductos forman parte del interés de quienes usan el metal en intereses puramente mercantiles.
Son “materia prima para las funciones particulares”, usados para objetos utilitarios y de plomería.
“Ni siquiera los lugares considerados como sagrados han escapado del latrocinio”, reporta desde la provincia La Hora de Cuba.
Los ladrones no creen ni en guardaparques ni en las autoridades ni en el llamado personal de seguridad. Las débiles leyes en el país hacen que estos individuos se arriesguen a la hora de cometer las fechorías.
Conviene endurecer las leyes en este aspecto, pues Camagüey es una de las provincias que más elementos de historia atesora en el país. Casi en todas las cuadras del casco histórico provincial existe una casa, un lugar, un monumento que nos identifica que allí nació un patriota, un músico, un poeta. Si perdemos el sentido del decoro y nos arrancamos un pedazo de historia, ¿qué nos quedará?
¿Qué será lo próximo? ¿La tarja que identifica dónde nació “El Mayor” Ignacio Agramonte? ¿La casa donde nació y vivió su esposa, la bella Amalia Simoni?
¿Desaparecerá la que identifica dónde vivió la considerada por muchos mayor poeta de Cuba, Gertrudis Gómez de Avellaneda?
Roberto A.
