Historia
El secreto de un esqueleto de dos mil años de antiguedad en el Vesubio
Cuando se descubrió el esqueleto hace 30 años, varias pistas lo diferenciaron de los cientos de otros desenterrados por los arqueólogos.
Un esqueleto de 2.000 años de antigüedad que fue hallado en las cercanías del volcán Vesubio, al parecer no es el esqueleto de un habitante común.
Identificado como un soldado romano de alto rango en la misión de rescate del Vesubio, el esquelo está siendo muy mentado ahora a pesar de que fue descubierto en el año 1980.
Parte del misterio “renace” por algo nunca antes intentado.
“Solíamos creer que las pruebas de ADN no funcionarían en esqueletos de esta edad. Ahora sabemos que no es cierto”, dijo el experto detrás del descubrimiento del esqueleto.
El esqueleto del soldado romano fue descubierto en Herculano en la década de 1980.
Siempre se pensó que se trataba de alguno de los habitantes de la región que fue arrasada por la violenta erupción en el 79 d.C.
Ese año, como la historia recoge, el volcán Vesubio entró en erupción y exterminó la vida de miles de personas en varias ciudades cercanas. Tanto Pompeya como Herculano, populares balnearios romanos al sur de la actual Nápoles, fueron arrasados . Las casas fueron cubiertas con lava, barro y ceniza. Muy pocas personas, poquísimas, pudieron salvar sus vidas.
Ha sido este uno de los mayores misterios de la antigüedad. En Italia, principalmente. Ha devenido como la erupción más antigua que se conozca y la más mortal también.
Pero, ¿qué sucede con el esqueleto?
Durante años los arqueólogos han estado por la zona removiendo centenares de metros cúbicos de tierra. Han encontrado cadáveres, vasijas y utensilios, principalmente.
Pero en el 1980 encontraron lo que parece ser fue el cadáver de un soldado romano de alto rango que probablemente fue enviado en una misión de rescate a las ciudades condenadas de Pompeya y Herculano cuando el Vesubio entró en erupción.
Inicialmente se pensó que el esqueleto era el de un soldado normal, al encontrarse entre los 300 encontrados en Herculano en la década de 1980. Pero ahora los investigadores han llegado a la conclusión de que pertenecía a un oficial de alto rango con una flota romana enviada en una misión de rescate para evacuar a los habitantes aterrorizados que corrían por sus vidas y que, algunos, solo pudieron salvarse metiéndose en el mar.
Cuando se descubrió el esqueleto hace 30 años, varias pistas lo diferenciaron de los cientos de otros desenterrados por los arqueólogos. Todavía tenía un cinturón de cuero alrededor de su cintura, y a su lado había una espada con empuñadura de marfil, una daga decorada y una bolsa llena de monedas. Aún así, el esqueleto fue puesto en exhibición permanente e identificado como un soldado genérico.
Un análisis en profundidad reveló que el cinturón una vez estuvo decorado con imágenes de un león y un querubín hechos de plata y oro. La vaina de la espada también estaba decorada con la imagen de un escudo ovalado.
“Todas estas pistas sugieren que no era un simple soldado, más probablemente un oficial de alto rango, incluso un pretoriano”, dijo un experto, refiriéndose a las unidades de élite que sirvieron como guardaespaldas personales de los emperadores romanos.
“Los pretorianos llevaban escudos ovalados. Y las monedas que llevaba consigo eran casualmente la misma cantidad del salario mensual de un pretoriano”, precisó.
Sobre la erupción del Vesubio quedan, más que nada, testimonios que fueron pasando de forma oral entre generaciones.
Sin embargo, se conserva una carta escrita por el historiador Plinio el Joven, (Como, Italia, 61 – Bitinia, c. 112), un abogado, escritor y científico de la antigua Roma, al historiador Tácito , (c. 55-c. 120) un político e historiador romano de época flavia y antonina.
En la carta se lee:
“La ceniza que ya caía se volvió más caliente y espesa a medida que los barcos se acercaban a la costa y pronto fue reemplazada por piedra pómez y piedras quemadas ennegrecidas destrozadas por el fuego. De repente, el mar se hundió donde la costa fue obstruida y ahogada por los escombros de la montaña”.
Las pruebas de ADN sobre este esqueleto y el cráneo de otro esqueleto hallado hace más de cien años en una playa cerca de Pompeya, que se cree que es el del padre de Plinio el Joven conocido como Plinio el Viejo, ha permitido recuperar lo que los historiadores y arqueólogos llaman “información asombrosa”.
Sobre todo, de dónde eran, qué comían, “todas las pistas que forman parte de un rompecabezas de la historia”, al decir de Francesco Sirano, director del sitio arqueológico de Herculano.
por Roberto A.
con información de NBC News
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