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Escuelas en Cuba: De las flores en palangana a la fiebre con la mano

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Si no hay aparato para medir la fiebre, no importa, en Cuba las maestras pueden medirla con la mano. No deben ser muy precisas en la medición, pero no importa: las escuelas tienen que seguir abiertas.

Todavía se recuerda con dolor la tristísima imagen de una palangana en una escuela primaria cubana “recibiendo deshonrosamente” unas flores para Camilo un 28 de octubre, cuando esta otra imagen nos hace pensar que al diablo se le quedó más de una pata en Cuba. Se trata de una maestra que comprueba la temperatura corporal de sus alumnos -para saber si tienen fiebre- con la mano.

Con la mano en la frente. Una maestra que pudiera ser “asintomática”, una maestra que pudiera servir de vínculo con ese toca toca al paso del virus SARS Cov-2 de un cuerpo a otro cuerpo.

Ya las flores en la palangana nos parecían un despropósito y llega este otro. Frente a la escuela, del otro lado de la calle, un Sol que raja las piedras parece conspirar contra la entrada de los alumnos al centro.

¡Pobre del menor que tenga que venir caminando a pie, bajo el Sol y se encuentre con la mano fría de esta maestra!

Sí, porque en Cuba ya la Empresa Eléctrica y ETECSA se han encargado de reducir al mínimo la sombra que proyectan los árboles sobre la calle y aceras; mientras que el tiempo, ese que Pablito Milanés llamaba “el implacable, el que pasó” se ha encargado de tirar abajo no pocas edificaciones habaneras que ofrecían al viandante una sombra y un resguardo seguro del Sol y de las inclemencias del tiempo, todas.

Debe ser esta, claro, una violación flagrante de las directrices orientadas por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud Pública de Cuba, el gobierno y el Estado cubanos y hasta del mismísimo mandamás Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, pero en tiempos de escaseces -diría un revolucionario- a cualquier tornillo le cabe una rosca, o como orientara antaño Fidel Castro Ruz, se puede hacer “más con menos”.

Que esa escuela cubana no tenga un aparato para medir la fiebre de lejos tal y como se hace “normalmente” en todos los países del mundo, debe ser sin dudas, si le preguntan a esa maestra, culpa del bloqueo americano.

Puede suceder, también, que tengan el aparato, guardado bajo llave y la persona que tiene la llave, no ha llegado a trabajar u olvidó la llave en casa. Entonces, el bloqueo sería “interno”, mental si se quiere.

También puede ser que se hayan robado el aparato; o las pilas. O que no haya pilas. La que no puede pasar es la fiebre. Esa, también, la zumbamos en la palangana.

por Ariel P.

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