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Cuba

En peligro activistas cubanos y Alcántara sitiado en huelga de hambre

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La represión contra los activistas cubanos, artistas y periodistas independientes es una muestra tangible de las constantes violaciones a los derechos humanos en la isla

Anamelys Ramos, una de las mujeres que se acuerteló en la sede del Movimiento San Isidro, hizo hace algunas horas una directa para alertar sobre el peligro que corren varios activistas cubanos y explicar el estado del joven artista Luis Manuel Otero Alcántara, quien ayer llegó a su tercer día de huelga de hambre y sed.

El día que los represores hicieron una herida en el tabique a Maykel Osorbo, también le rompieron su teléfono. Por lo cual Osorbo permanece casi incomunicado. Cuando lo logra, envía un mensaje a Anameleys; pero ella este martes no había tenido noticias de él. Carolina Barrero permanece sitiada. Lleva casi un mes sin poder salir. Cuando lo hizo en protesta durante dos días consecutivos, fue detenida”, precisó Ramos al hablar de otros activistas cubanos en peligro.

Esta mañana en el portal 14yMedio aparecía el artículo “La salud de Otero Alcántara se deteriora, pero sigue firme en continuar la huelga de hambre“, en el que se recoge la conversación del joven activista negro con un representante de la ONG Archivo Cuba: “Estoy listo para dejar el cuerpo como esa masa presa que el régimen cubano puede amenazar, puede golpear, puede incluso impedirle pintar un cuadro, e incluso prohibir ser artista”.

La propia Anamelys Ramos publica hoy en El Estornudo la primera de una serie de crónicas de sus charlas con Luis Manuel desde que empezó la huelga el pasado domingo. Le explicó que leía Hombres sin mujer, del escritor cubano Carlos Montenegro y que iba a recomendar a Maykel Osorbo que lo leyera. Más adelante le expresaba:

“No quiero seguir jugando su juego, yo sé que yo puedo pintar mil obras nuevas, seguir dando el berro, pero es que ya hasta eso sería como una reacción a su desastre. Ellos son inhumanos y quieren llevarnos a todos a un estado deplorable. Por eso me ubicaron en la celda con esos dos personajes agresivos. Al principio yo me resistí un poco y hasta intenté explicarles, pero después comprendí que estaba todo arreglado. Me recogí en una esquina como un ser indefenso, mientras me ofendían y amenazaban. Tú sabes que yo puedo hacerles frente, pero ¿para qué? Yo no quiero la violencia en mi vida, y menos una violencia pre-hecha, ser violento porque se supone que debes serlo. Yo me dediqué a mirar hasta dónde serían capaces de llegar, hasta dónde esas orientaciones recibidas iban a obligarlos a sacar lo peor de sí mismos. Fue de las experiencias más desagradables de toda mi vida, lo que más sentía es que nunca quiero llegar a ese estado, convertirme en eso”.

Hace dos días el periodista cubano Carlos Manuel Álvarez posteaba en Facebook sus reflexiones tras hablar por teléfono con Alcántara. Decía Carlos al principio de un extenso texto:

“Hablé bastante con Luis hoy, pasada la medianoche. «Llámalo, Carlos», me dijeron varios amigos, «que él te escucha». La verdad es que no le dije casi nada. Solo lo escuché yo a él. El sábado, en la unidad policial del Cotorro, lo metieron en una celda muy pequeña con otros dos tipos, al parecer presos comunes, que no se cansaron de ofenderlo, provocarlo, de decirle que era maricón, que su madre estaba muerta, que él era un perro singao, un penco, rana, yegua. Un policía, sentado en su buró, escuchaba a menos de dos metros de distancia. Así estuvo Luis desde aproximadamente las seis de la tarde hasta las tres de la madrugada. Es un artista y le importa el relato”.

El post de Carlos Manuel Álvarez concluye: “Debemos pedir que las obras de Luis sean devueltas. Lo otro, que la dictadura cubana concluya de una vez, algunos de nosotros ya no queremos siquiera pedirlo, sino que vamos a actuar para ello. Digo, no es una carga, es un regocijo haber entendido por qué despreciamos y por qué es moralmente correcto despreciar al castrismo y comprobar cómo esa maquinaria hidrocefálica nos vigila porque nos teme. El relato es colectivo, la palabra es justicia, la justicia es belleza”.

Otros muchos cubanos de adentro y de afuera de la isla han pedido en redes a Luis Manuel Otero Alcántara que no se inmole, que quienes gobiernan Cuba no lo merecen. Y son solidarios asimismo con todos los activistas cubanos que quieren otra isla, libre y sin ni rastros del castrismo.

Neus Francino



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