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Cuba

El desabastecimiento de alimentos comienza a notarse en la mesa de los cubanos

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Por Ariel Peñate

El desabastecimiento de productos de primera necesidad es evidente en los últimos meses en Cuba. Primero fue una crisis con la  ausencia de pan por las averías en los molinos que provocó fuertes molestias en la población y enormes colas en las panaderías y ahora, en días recientes, los cubanos sufren al no encontrar  pollo, leche en polvo, huevos y aceite, lo que está causando largas filas en las tiendas donde surten estos insumos.

“Esta semana he buscado aceite por toda la ciudad pero nada. Ahora me llamó una amiga para decirme que habían sacado en la tienda del Mónaco (municipio Diez de octubre) y aquí estoy”, explica Aida González, de 60 años, quien ocupa uno de los últimos lugares en una extensa cola en la que decenas de personas esperan para comprar productos básicos que apenas aparecen en otros establecimientos.

En la tienda surtieron en la mañana pomos de aceite que según una de las dependientes no cubren todas las exigencias de los clientes. “Son muy pocos y se acaban muy rápido lo que luego provoca que las personas se molesten y nosotros recibimos la críticas, pero no tenemos nada que ver con este problema”, cuenta a Cuballama una de las vendedoras que prefirió mantener su nombre en el anonimato.

En la tienda Carlos Tercero, ubicada en Centro Habana, el panorama es bastante parecido. Las personas llegan con premura al departamento de alimentos pero se sorprenden cuando solo les permiten comprar solo dos pomos de aceite, sin dar explicaciones claras sobre la medida. “Son solo dos por persona”, aclara la dependiente a un muchacho que llevaba unos cuatro pomos de aceite junto a otros insumos como albóndigas y latas de sardina.

Cuando el cliente le preguntó el porqué, ella respondió: “Es una orden de la administración y yo solo la cumplo, de lo contrario pueden sancionarme”.

“No entiendo que está pasando. Hace unos  meses podía comprar todo el aceite y los productos que quisiera y ahora, de pronto, lo racionan, como si estuviéramos de nuevo en el Período Especial”, comentó a Cuballama.

Alcibiades, de unos 37 años, también fue a buscar muslos de pollo pero no existía en ninguno de los frigoríficos.

Ante la acrecentada escasez muchos cubanos se ven obligados a  trasladarse a tiendas como 3 y 70 (Miramar)  donde confluyen extranjeros y parte del personal diplomático acreditado en Cuba. Allí venden productos que en la mayoría de las ocasiones están en falta en otros establecimientos en divisas. Por ejemplo, Cuballama confirmó la venta de cárnicos como pollos, carne de res, o tubos de picadillo. Sin embargo no resulta suficiente la cantidad  ante la demanda creciente de la población. “Hay veces en que también se acaban y se demoran en surtir”.

Las dependientas consultadas por Cuballama aseguran que no han sido informadas con exactitud sobre las causas de la ausencia de productos muy demandados, por lo que sus ideas están en el terreno de la especulación. “Dicen que es por la situación económica del país, que no hay suministros desde el exterior”, argumenta una. A su lado, su compañera de turno, indica que es a causa de los cuentapropistas: “Ellos mandan a sus mensajeros y arrasan en un momento. Compran todas las mercancías por montones y el Estado no tiene capacidad de respuesta ante esta situación”.

La explicación oficial del desabastecimiento

La propia ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, ha ofrecido su versión sobre los hechos que han suscitado el grave desabastecimiento en las tiendas cubanas y, por tanto, una ola en aumento de quejas entre la población.

La ausencia de un mercado mayorista “impacta negativamente en el desabastecimiento del mercado minorista y por ende en la sostenibilidad de los servicios a la población”, valoró durante una reunión sobre  la gestión de su ministerio. E insistió además en que las dificultades están relacionados con indisciplinas y violaciones en el sector del comercio, la gastronomía y los servicios.

La exigencia de un mercado  mayorista ha sido uno de los principales reclamos del sector privado en Cuba, pero hasta ahora el gobierno ha dado  pasos muy tímidos en ese sentido. Hoy solo pueden acceder a este tipo de reservas  “las cooperativas no agropecuarias de la gastronomía que se desprendieron de las empresas estatales y los trabajadores por cuenta propia que tienen arrendadas unidades de empresas de comercio y gastronomía, a través de las empresas mayoristas de alimentos”, según el diario oficial Trabajadores.

Lo cierto es que al no poder comprar sus abastecimientos en el mercado mayorista, los cuentapropistas acuden a los comercios destinados a la población para cubrir los requerimientos de sus negocios. Igualmente no son pocos los que adquieren sus mercancías en el llamado  “mercado negro”, a precios más baratos  para obtener ganancias o para que estas sean mayores.

No cabe duda de que es un panorama muy complejo que no ha podido ser solucionado por el estado hasta el momento y cuya principal víctima es el cubano común y corriente que tiene que “hacer magia” para comprar alimentos básicos para su canasta familiar, que, obviamente, no está cubierta por lo que se entrega mediante la libreta de abastecimiento.

“Hasta los huevos se han perdido. Y cuando sacan la gente va en  masa a comprar,” lamenta una señora que estaba buscando muslos de pollo y leche en polvo  en la tienda La Copa, en Miramar.

El paisaje se ha agravado por el reciente paso del tornado por La Habana que dejó 7 víctimas mortales, numerosas pérdidas materiales e incrementó la ausencia de insumos básicos en las tiendas y agromercados.

“No es fácil”, se escucha lamentarse a los cubanos en estos días cuando salen a comprar algún alimento especifico y después de recorrer el barrio llegan  a casa con las manos vacías.

 


 

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