El actor cubano Jorge Martínez: tan duro que venció al cáncer

Por Liliana Suárez

“Los neumólogos suelen decir que yo soy como el personaje aquel que hice en Día y Noche, el Gato, porque tengo siete vidas, no son tantas, pero por ahora me burlé de la guadaña”, comentó con su sonrisa de siempre el popular actor cubano Jorge Martínez en una ocasión en La Habana a periodistas locales.

Esta semana el tipo duro de seriales cubanos como Tras la Huella, papeles en los que entre otros, de veras se disfruta verlo, reafirma en entrevista a la televisión cubana cómo fue la parte de su vida que lo condujo a la antesala por donde transitó hasta llegar, luego de investigaciones fallidas en otro centro hospitalario del que no dio el nombre, al Instituto de Oncología y Radiobiología de Cuba, a fin de lograr la actuación más veraz y valerosa de su joven existencia: vencer al cáncer de pulmón a pesar de haber sido desahuciado como él mismo sostuvo con la mayor naturalidad del mundo.

El actor de la polémica película Alicia en el pueblo de las maravillas o de La Bella del Alhambra  recordó que previo a la enfermedad sus noches eran atípicas. Dormía un tramo y en la madrugada despertaba, tomaba entre sus dedos un cigarrillo y luego de absorberlo con avidez, lo tiraba y volvía a ese sueño que no podría decirse fuera tan profundo. Unas horas después repetía la acción y volvía a la cama. Así hasta finalmente llegar a su amanecer, que cualquiera podría imaginar que no era tan apacible.

Jorge Martínez venció al cáncer

El gran amigo y buen discípulo del conocido actor Julito Martínez de quien mucho le creían hijo y él no lo desmentía a pesar de los celos de su verdadero progenitor, supo un día que estaba enfermo y el anuncio fue una tos persistente y desagradable. Se llegó a pensar que era metástasis porque también apareció en las suprarrenales, explicó al cantante y conductor Amaury Pérez en su habitual programa televisivo “Con dos que se quieran”, y luego detalló su proceso de quimioterapia y la cirugía. “Me extrajeron un pulmón, vivo ahora así, me siento bien aunque siempre sometido a chequeos en el Oncológico y con numerosas inyecciones de la vacuna cubana en los brazos. De por vida”. A la dedicación de su esposa en atenderlo le debe mucho, dijo, y al equipo de especialistas que aún lo cuidan.

Jorgito Martínez con casi una carrera finalizada como violoncelista en su niñez por insistencia del padre, cuenta que entre sus primeros regalos estuvo una guitarra a pesar de no ser músico. Quiso mejor ser marino mercante hasta que encontró su verdadera vocación en la Escuela Nacional de Arte (ENA) un año después que los actores Albertico Pujol, Carlos Otero, Luisa María y Néstor Jiménez. Y su acontecida vida le ha demostrado que estaba en lo cierto.

Cuando apostó por la ENA, al protagonista de numerosas series, telenovelas y otros espacios de la televisión nacional le hizo las pruebas el gran maestro ya fallecido, Raúl Eguren. En ese grupo estaban Isabel Santos, Jorge Luis Treto, Carlos Massola, Jorge Luis Espinosa, y Omar Alí.

Los primeros cursos se los impartieron diferentes profesores. En tercer año, pudieron aprender finalmente el método Stanislavski, precisamente con Eguren. Durante esa etapa inolvidable para ellos, hicieron algunos papeles en el Teatro Político Bertolt Brecht y Teatro Estudio. Luego de terminar en la escuela partían en las noches a formarse con los grandes actores René de la Cruz, Mario Balmaseda y Roly Núñez.

Todo lo aprendido en la ENA y su larga trayectoria en el medio actoral lo ha convertido en uno de los artistas más buscados por los realizadores del país. “Solo puedo decir que mi método es bien sencillo, yo tomo todo de la vida, de la cotidianidad, me fijo mucho en la vida, camino mucho. Cuando me dan un personaje, lo busco entre la gente que me rodea, en un vecino, leo, estudio la época, su origen social, trato de meterme en su piel. También me gusta transformarme físicamente, sobre todo para no aburrirlos a ustedes con una imagen repetida”.

Hombre sobre todo de la televisión siempre le ha gustado hacer cine pero siente no haberlo hecho más. Tiene buenos recuerdos de La bella del Alhambra, por trabajar en una película  con un director como Enrique Pineda Barnet y una actriz como Beatriz Valdés. En cuanto a Alicia en el pueblo de las maravillas la considera quizás una película irreverente, que sí llamó la atención.

En la entrevista además Jorge Martínez mostró su afecto, agradecimiento y admiración por el cineasta Fernando Pérez, su director en “Últimos días en La Habana”. En el filme, él representa a un homosexual (Diego), un papel en el que estuvo a punto de rendirse hasta que lo consiguió para satisfacción de Fernando Pérez. “Fue muy difícil, sobre todo físicamente, pues tuve que bajar 12 kg en menos de dos meses, sobre todo hacer los ejercicios, caminatas, de noche, sin coger sol, pues el personaje estaba postrado en una cama”.

Entre tantos detalles personales no pasó por alto la denominada “fastuosa boda de Jorge Martínez” cuando conducía el programa televisivo El Expreso que dirigía Gloria Torres y tuvo como locación el Hotel Capri. “Yo no soy así, realmente no era mi intención. Lo que nunca entendí fue que aquí todo se edita y revisa, no hay nada en vivo”, afirmó en el programa de Amaury Pérez.

De aquel suceso siempre que le preguntan afirma que salió lastimado porque consideró que no se procedió correctamente al acusarlo de corrupción, rumores que trascendieron al pueblo que siempre lo había seguido tanto a él como al programa por lo que decidió no continuar haciéndolo.

Jorge Martínez asegura que en realidad nunca lo sancionaron, a quien sancionaron fue al público al quitarle un programa que se mantenía en los primeros lugares de audiencia. “Y en esto también salió afectada mi familia”.