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Cuba

Depresión, alcoholismo y ansiedad: tres signos de la crisis económica en Cuba

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Texto y fotos: Ariel Peñate

Psiquiatras cubanos atienden a pacientes con depresión, alcoholismo y ansiedad y hacen “magia” ante la ausencia de medicamentos

Emilia es una paciente que recurre con frecuencia al servicio de Psiquiatría del hospital Calixto García. Tiene 66 años y terminó su trabajo como profesora por peritaje médico a causa de un trastorno de ansiedad e intentos concurridos de suicidio. Vive sola tras el fallecimiento de su esposo y la decisión de emigrar de sus hijos. Ha visitado en el transcurso de su enfermedad varios hospitales, desde el Hospital Psiquiátrico de La Habana, popularmente conocido como “Mazorra”, Manuel Fajardo, el  Clínico Quirúrgico Provincial Joaquín Albarrán, hasta el Calixto.

Emilia, como se hace llamar, había mejorado de forma ostensible en los últimos años gracias a un médico que puso interés en su caso y la ayudó con con antidepresivos, ejercicios de relajación, yoga y terapias grupales. Sin embargo, no deja de preocuparse por la acuciante falta de medicinas que parece agravarse tras el anuncio de una nueva crisis económica en Cuba, que, según el gobierno, no será como el cruento “período especial”.

“Yo he mejorado mucho con la ayuda de un médico que me tuvo en cuenta y me ha prestado atención. Ha sido como mi familia. Hace lo posible para que yo no caiga en un bache de nuevo ante la ausencia casi total de los medicamentos que uso como el clonazepam; pero él no es mago. Encima, ahora dicen que este crisis es coyuntural pero de la forma que sea estoy muy preocupada por lo que puede venir y no soy yo sola”, le cuenta a Cuballama.

Ansiedad y depresión

En el Hospital Fajardo hay un cuerpo de psiquiatras que atiende a los pacientes con evidente dedicación y hacen “magia” ante la ausencia de medicamentos y la delicada situación del país. Una de las especialistas, que prefirió reservar su nombre para “evitar problemas en el trabajo”, comenta que es alto el nivel de personas que llegan al cuerpo de guardia sobre todo con trastornos depresivos por “la incertidumbre social, la espera y la desesperanza”.

“En el hospital vemos casos, sobre todo, con trastornos afectivos de ansiedad y depresivos. Muchas veces las personas viven en  un clima adverso, complejo y  no tienen herramientas para enfrentarlo. A eso se suma  la partida de familiares cercanos como hijos o esposos y la soledad que conlleva esa ausencia”, dice la especialista.

La doctora agrega que también atiende con frecuencia pacientes adictos al alcohol y las drogas.

“En consulta llegan muchas personas afectadas por el consumo de múltiples sustancias y drogas como el crack y cannabinoides sintéticos.   En Cuba no es tan bajo su uso como parece y a veces tenemos que ingresarlos porque pueden atentar contra su vida o la de otras personas”.

La psiquiatra, con más de 15 años de experiencia, atiende unos quince pacientes durante su guardia una vez a la semana. “Es un índice alto y ahora han querido ponernos también a hacer guardias en las salas habilitadas para los enfermos de dengue,  pues es muy preocupante la situación epidemiológica del país. Todo ello ha provocado malestar en nuestro sector de especialistas”, indica.

Mercedes ya ha comenzado a atender personas con padecimientos emocionales y nerviosas incrementados por lo que ella califica como “incertidumbre” ante el complejo entramado económico de la isla.

“Son personas que históricamente han cursado con signos de ansiedad o depresión incrementados ahora  por la situación del país” explica. “A veces los propios médicos tenemos que rompernos la cabeza porque no existen en las farmacias medicamentos para atenderlos”.

Una alternativa es el uso de plantas medicinales,  pero un segmento considerable de cubanos no confía en este tipo de tratamientos. “Se puede utilizar la fitoterapia pero muchos pacientes no la siguen. También existen psicoterapias, para ello en este tipo de trastornos pero hay que recurrir a la farmacoterapia. Y está siendo difícil, mucho más últimamente”, considera.

Evasión de la realidad con alcohol

La crisis, que se ha recrudecido por la falta de combustible, se ha hecho sentir en primer lugar en el transporte público, en apagones intermitentes (hasta el momento) y está provocando además largas colas para comprar gasolina.

Pero las primeras víctimas son, sin dudas, las personas con menos posibilidades emocionales de enfrentar un escenario de escaseces y dificultades, y aquellas con problemas nerviosos causados por el llamado período especial durante los años 90, un fantasma que vuelve a sobrevolar el país a pesar de que el gobierno se empeñe en alejarlo con reiteradas declaraciones sobre una cercana vuelta a la normalidad.

“Tenemos protocolos para enfrentar desastres naturales, guerras, pero no este tipo de situación”, aclara la especialista.

Oscar, como prefirió identificarse el segundo doctor consultado por Cuballama, ejerce como psiquiatra hace más de 20 años. Ha trabajado en la isla y en otras naciones de América Latina. Con su práctica de más de dos décadas, confirma que “Cuba es  de los primeros países en el hemisferio en suicidio,  alcoholismo y divorcio”.

“La crisis sostenida, la pobreza, las  pérdidas materiales y afectivas y las rupturas emocionales causadas por emigración de  familiares y personas cercanas ha dañado mucho el tejido social”, apunta este médico que durante varios años estuvo trabajando en el “Clínico de 26”, en La Habana. En este momento se prepara para abandonar Cuba junto a su esposa, una venezolana que vive en Estados Unidos.

“La situación provoca que algunas personas se aparten de lo cívico para  caer en cualquier comportamiento primario básico con el fin de sobrevivir. Eso estimula la violencia doméstica y callejera y la evasión de la realidad con alcohol. Hay síntomas emocionales (ansiedad y depresión) que  aparecen en sujetos previamente sanos mentalmente como respuesta a situaciones adversas, tanto personales familiares o sociales.   En este caso se trata de  una crisis  que demanda nuevos recursos psicológicos. No todos  logran adaptarse fácil y enferman”, manifiesta.

En las farmacias cubanas es frecuente encontrar a personas con recetas para comprar medicamentos como el clordiazepóxido,  trifluoperazina, imipramina o clonazepam para el estrés, la ansiedad  u otros padecimientos nerviosos.

“Se ha incrementado a niveles increíbles el uso de estos medicamentos, pero casi no están entrando. También sucede que algunas personas en coordinación con farmacéuticos los acaparan para revenderlos. Y los que sufren son las personas que los necesitan,  sobre todo las más humildes o desfavorecidas, entre ellas los ancianos”, describe una doctora de un consultorio médico en el municipio Centro Habana. “Lo más preocupante es que no se ve una solución a corto plazo. No soy psiquiatra pero a mi consulta vienen muchas personas mayores con trastornos de ansiedad y les recomiendo que prueben con la medicina natural o la acupuntura.  También he visto casos de muchachos muy jóvenes que ya presentan estos problemas, incluso algunos han tenido que recesar de su profesión debido a sus padecimientos”.

No es un tema muy abordado en los medios oficiales de prensa de la isla, aunque los trastornos como la ansiedad y la depresión se han incrementado. Los especialistas encuestados por Cuballama esclarecen que es difícil el manejo de casos ante la falta de medicamentos y el agravamiento de la situación económica.

“Pero nosotros tenemos que ayudarlos aunque muchas veces padecemos las mismas preocupaciones y problemas que los pacientes. Ellos no son los culpables de las crisis y no podemos abandonarlos”, expresa convencida la doctora del Fajardo, cuando se dispone con su reconocible bata blanca sobre el hombro a pedir una botella hacia su casa.

 


 

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