Cubanos reaccionan ante noticia de que es comestible el caracol gigante africano

Por María Carla Prieto

La revista Juventud Técnica publicó el artículo ¿Puede comerse el caracol gigante africano?, con declaraciones del doctor Antonio Vázquez, especialista del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí

En medio de la crisis que atraviesa Cuba pareciera que hay un rayo de luz. Cuando escasean los alimentos por falta de combustible para transportarlos a las redes de distribución, y los productos de aseo se pierden de las tiendas, un nuevo alimento se perfila como solución.

Hace unos días se viralizó en redes sociales un video que mostraba a un hombre preparándose un plato de creación propia, y cuyo ingrediente principal era el caracol gigante africano.

La polémica se desató enseguida, pues el señor manipulaba a mano limpia el molusco de conocida toxicidad, y aseguraba que, aliñados con orégano y sal, los caracoles se convertían en una verdadera delicatesen.

Posteriormente la revista Juventud Técnica publicó el artículo ¿Puede comerse el caracol gigante africano?, para el cual contó con declaraciones del doctor Antonio Vázquez, especialista del laboratorio de Malacología del departamento de Control de Vectores del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).

Vázquez afirmó que la ingestión del animal, siempre que se cocine de forma adecuada, no provoca ningún peligro para la vida. “Si se cocina bien (mejor en olla de presión) no existirá ningún inconveniente. De hecho, es un plato degustado en Europa y América del Sur”.

El caracol gigante africano ha experimentado un preocupante crecimiento en los últimos años. Ante la buena noticia de los expertos, muchos se preguntan si esta será una alternativa viable en caso de que arreciara la crisis.

“Ni sabía que se podía comer eso, pero como aquí uno nunca sabe… A lo mejor hoy estamos tratando de erradicarlo y en unos meses empiezan a hablar de que tiene propiedades de esto y de lo otro, y la gente lo empieza a cazar para comer”, me dice Nereida, vecina del Vedado, por donde ya prolifera el caracol.

José Carlos, de Arroyo Naranjo, por donde este animal se pasea como cualquier transeúnte, opina que las informaciones en Cuba “lo mismo dan para adelante que para atrás. Hace más de tres meses que en la televisión ponen videos de cómo cuidarse del molusco, de las enfermedades y los daños a la agricultura, de cómo matarlos. A mí me da muchísimo asco, la verdad, pero si se pone mala la cosa hay que comérselo. Además, ya los cubanos estamos curados de espanto”.

Un amigo babalawo me contó que desde el 2014 él trabaja con los mentados moluscos. Los criaba en su casa para los trabajos de su religión. Los manipulaba sin guantes y sin ningún tipo de protección, incluso, en varias ocasiones se había cortado con la concha. Asegura que en otros países se utilizan para hacer cremas.

Detrás de esta especie, cuyo crecimiento desmedido el Ministerio de Salud Pública no puede controlar, existe una tradición culinaria de la que los cubanos no habíamos tenido noticia. Ahora se ha abierto la veda y, como van las cosas, en un par de meses probablemente no quedará ni uno vivo.