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Cuba

Cubanos en misiones internacionalistas: ¿para qué?

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Las misiones internacionalistas por mucho tiempo han sido el escape, la manera de prosperar de muchas familias cubanas

Recuerdo que antes de darme la noticia, le leí un texto sobre ella. En la escuela habían pedido que describiera a mi madre. Entre las tantas cosas mencionaba algo de ayudar a quienes lo necesitan y no tener miedo. Ahora que lo pienso, quizás por eso, se le aguaron los ojos mientras me escuchaba. En 15 días ya se había ido con la promesa de que a partir de ese momento las cosas estarían mejor. Yo estaba en sexto grado.

Profesionales cubanos han viajado hacia distintos continentes para “brindar su solidaridad y encontrar soluciones a los más necesitados”. El discurso oficialista así lo parlotea. Obvian que además constituye para muchos la única salida a los problemas cotidianos: el principal motivo.

“Soy madre soltera. Dejé a mi pequeña de 13 años con mi mamá. Acepté estar en la bolsa porque era la única opción para celebrarle los 15. No iba a permitir que esa fecha pasara por alto. Con el dinero pude arreglar la casa, tirarle las fotos y concederle algunos caprichos”, explica Ana María, licenciada en Enfermería.

En la isla quienes laboran en el sector estatal dependen del salario para cubrir lo más básico. El personal más frecuente para aventurarse en misiones son profesores y médicos. El salario de un maestro no excede los 500 pesos y los galenos, aunque mejor remunerados, tampoco encuentran satisfacción con lo que cobran.

¿De qué otra manera se puede sacar adelante a una familia? La salida te permite recaudar en dos monedas, además de depositar en el banco una parte del estipendio recibido en los lugares donde labores. Algunas misiones, como las del continente africano, permiten al colaborador traer al final un menaje de hasta 25 cajas. Otras como Venezuela, proveen de una tarjeta de descuento para  realizar compras en divisa dentro de la isla.

Pero no todo es color de rosa. “Me enviaron para Venezuela. En la reunión de bienvenida nos leen la cartilla, nada de salidas nocturnas ni relación con nacionales. Allí estás expuesto a cualquier cosa, asaltos, muertes. Lo más impactante es sentir los disparos y ver cómo le quitan la vida a un paciente enfrente de ti. Al parecer, ese es el precio para tener un poquito de prosperidad”, expresa Antonio, médico recién graduado.

Leila viajó como profesora de Educación Física. Ella dice que “nadie sabe cuál es la realidad sino la experimenta”. Cuenta que la mayoría conviven con más de cinco personas en una casa, que a veces el salario no les alcanza para nada. “Se pasa trabajo igual, para poder ahorrar tienes que restringirte. En los sitios donde nos llevan hay montones de cosas a las que no estamos acostumbrados. Debes ponerte límites, sino nunca cumples el objetivo principal: llegar con algo a Cuba”.

Ya ni la edad es un impedimento. “Tengo 70. Con 65 fue que me llamaron. Mi hija no cedía, intentó convencerme y al final aceptó mi decisión. Quizás sea una bobería pero yo también quería ver la novela en un pantalla plana, comprarle un teléfono moderno a ella y que mi nieta jugara con un peluche gigante. Para la población común, sin entradas de otro tipo, ni familia en el extranjero, esa es la alternativa”.

Los países latinoamericanos son los que más demandan la ayuda del personal cubano en zonas con situaciones complejas. “Participé en las elecciones presidenciales de Venezuela en el año 2012, último mandato de Hugo Chávez. Era un corre, corre y nos tocaba ir por los colegios preguntando quienes no habían votado para recogerlos en las casas, exponiéndonos a cualquier dificultad. Supuestamente aquello también formaba parte del trabajo. No recuerdo que el contrato dijera nada pero, estábamos allí y era una obligación”, recuerda Adela, médico de familia.

Hoy, ante la decisión del mandatario Evo Morales de renunciar el cargo, aún quedan colaboradores dentro de Bolivia. Según la Agencia Cubana de Noticias, la Jefa de la Misión Médica en ese país aseguró que los colegas se encuentran resguardados en sus viviendas con las condiciones mínimas para mantenerse a salvo. En total son 701, que esperan por un futuro incierto.

A estás vicisitudes se añaden otras de carácter interno. Hace poco estalló en las redes sociales las protestas de los médicos cubanos en Qatar reclamando la apropiación por parte del gobierno cubano del 90 por ciento de su salario. Solo ganan 1000 dólares, cuando el resto de los galenos extranjeros tienen salarios muy por encima. Lo cierto es que una parte importante de la economía del país proviene de estos convenios internacionales.

Los mismos protagonistas de las hazañas que con tanto orgullo presenta la televisión nacional están convencidos de que se les paga menos de lo debido. “Aquí nadie se enfrenta a la candela, solo nosotros. Sin embargo, es más de lo que ganamos habitualmente en tres meses”, confirman.

Vladia Rosa García

 


 

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