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Cuba

Cubanos intentan colarse en un avión con destino a Guyana

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El hecho tuvo lugar en la terminal número 2 de la instalación.

Apenas unos tres meses después que Yunier García, el llamado polizón cubano que viajó escondido de La Habana a Miami en la barriga de un avión chárter operado por la aerolínea SwiftAir, otros dos cubanos intentaron hacer lo mismo, pero fueron sorprendidos.

A diferencia de Yunier, aunque también el “puerto de partida” era el Aeropuerto Internacional de La Habana, en esta caso el avión no viajaba hacia Miami, sino hacia Guyana.

El avión con destino a Georgetown, Guyana, tenía previsto partir a las 10:00 a.m (hora local) el pasado lunes, indicó a la redacción de Periódico Cubano una fuente que prefirió permanecer en el anonimato.

El hecho tuvo lugar en la terminal número 2 de la instalación.

Las identidades de los involucrados no han sido divulgadas. El plan, dijo Periódico, “era esconderse en la cabina de la aeronave”, pero justo en el momento en que comenzaron a cruzar la pista de aterrizaje fueron detectados.

Otros sucesos en el pasado.

Además de estos dos casos varios más han involucrado a cubanos que, aprovechando fallas de seguridad han logrado introducirse en alguna aeronave y salir de la isla “escondidos” en algún aparato. La mayoría de ellos, lamentablemente no lo ha logrado.

Otros sí, como fue el caso de Armando Socarrás Ramírez, un soldador de 18 años que junto a Jorge Pérez Blanco, un adolescente de 16 años, planearon escapar de la isla para evitar ser incorporados al servicio militar obligatorio.

Apenas el vuelo de Iberia comenzó a moverse en la pista Socarrás y Pérez salieron corriendo. Socarrás logró subirse al tren de aterrizaje izquiero, pero Pérez cayó en la pista y fue capturado por la policía cubana.

Increíblemente Socarrás llegó vivo a Madrid, soportando las frías temperaturas y la presión a 10 mil pies de altura.

Su cuerpo llegó a soportar, según los cables de la época (UPI), un frío similar al que afrontaban los montañistas de los Himalayas.

Llegó a Madrid casi congelado, con los labios azulados y signos de vida muy débiles.

El doctor Graciano Martin, Jefe del Departamento Cardiovascular del Hospital General de Madrid, donde fue internado el polizón dijo que el caso fue un milagro médico. Una rara combinación de una temperatura “ideal” para congelarle el corazón y que el paciente viajara “en un estado de animación suspendida”,

Su cuerpo, dijo el galeno, se congeló exactamente lo necesario.


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