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Cine y TV

Cubana Massiel Mantilla quedó a un pasito de la final de Nuestra Belleza Latina 2018

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La cubana Massiel Mantilla Moreno fue eliminada por el voto popular en la última jornada eliminatoria del reality Nuestra Belleza Latina, dejándonos con las ganas de verla coronada como Reina del Show tras demostrar semana tras semana y con creces, que si alguien merecía ponerse esa corona era ella y no otra concursante.

En una jornada marcada por tres frases o palabras célebres pronunciadas por la presidenta del jurado Giselle Blondet – a saber: “espontaniedad“, “Y nada” y el sempiterno en boca de casi todas “Wow”-, Massiel otra vez volvió a deslumbrar por su facilidad de expresión y riqueza del vocabulario español a la hora de comunicarse.

La cubana tuvo la fortuna además, de enfrentar la que quizás era la pregunta más difícil en la ronda de preguntas; una pregunta que encerraba un truco: saber qué cosa era el movimiento #MeToo. A ninguna de las otras concursantes le tocó saber de qué se le preguntaba. Su respuesta, concisa, y amplia en palabras impactó al público de tal manera que al despedirse del concurso fue ovacionada como ninguna.

https://www.instagram.com/p/BqoKfc8nsAt/

Alejandra Espinosa la conductora del show le expresó que “no era su momento”, aunque aquí cabe preguntar “¿cuál es el momento de qué cosa?” cuando la primera finalista, la dominicana radicada en Nueva York Ceylin Rosario apenas si supo explicar su respuesta y además se le vió bastante mal como conductora de “Despierta América” al momento del reto.

Yaritza Owen, otra de la finalistas, cantinfleó en su respuesta final y repitió dos veces lo mismo casi que con las mismas palabras; para no hablar de la favorita pre-competencia – del público y del jurado – la venezolana Migbelis Castellanos quien en cada programa – y en este de ayer domingo, tres veces – nos hace recordar a los cubanos el famoso cuento de “Los Fenicios”. No importa lo que se le pregunte, ella busca la manera de adecuarlo al discurso que ha traído prefabricado desde que se presentó en las audiciones, y que es decir que las mujeres obesas también son bellas y tienen derecho a serlo.

https://www.instagram.com/p/BqoL38QHBjs/

No pequemos de ingenuos. Si la idea del concurso es premiar como presentadora de Univisión a una reina, Ceylín no pintaba nada ahí porque ha demostrado a lo largo de la competencia que expresarse en español no es su fuerte; modelar sí.

Pero ya la idea “inclusiva” de este año, de permitir la mayor variedad de talento reunido en cuerpos variados ha sido cumplida. Tuvimos chicas obesas sin talento y sin saberse comunicar que duraron jornadas en la mansión; tuvimos una señora de las cuatro décadas, y hasta a una transgénero que nunca se reveló que lo fuera, y la final ahora, también, es variada.

No pidamos peras al olmo. En algún momento de nuestra experiencia televisiva con el reality de Univisión tendremos que asumir que la justicia y el voto del público – por demás en un sistema que no se ha mostrado transparente y que nadie conoce como funciona, y que incluso ha sido desenmascarado como fallido – jamás van de la mano.

A estos concursos hay que tomarlos como lo que son: una oportunidad para sacar a la luz talentos. Talentos que muchas veces palidecen delante de nuestras narices y de nuestros ojos, y que luego cuando otros lo descubren, es que nos damos cuenta que brillaban con luz propia, que siempre estuvieron ahí y que nosotros tenemos un grave problema con el olfato y la vista cuando no hay interés mercantil mediante o para explicarnos mejor: cuando no hay dinero por delante.

Eso sí: estamos contentos que Massy, una chica youtuber cubana que apenas ha empezado en el mundo de los audiovisuales haya mostrado a toda una comunidad latina su talento. Si quiere volver a presentarse el año que viene, sería maravilloso; pero reitero: NO HACE FALTA.

Como tampoco hace falta ser adivino para saber quién ganará el concurso: la del cuento de “Los Fenicios”.

 

 

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