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En Pescatún, Las Tunas, se trabaja “multiplicando los peces”… con harina. Ahora que las croquetas están de moda, allí las hacen por miles, de pescado.

Los trabajadores de la Empresa Pesquera de Las Tunas (PESCATUN) han decidido “multiplicar los peces” aunque no de la manera en que lo hizo Cristo, según cuenta la Biblia, sino moliendo la carne, agregándole mucha harina, hasta lograr una especie de “masa cárnica” con la cual elaboran hamburguesas, croquetas y picadillo.

Estos productos, que en algunas ocasiones se comercializan en la red de pescaderías de la provincia son, en ocasiones también, bastante aceptados.

Otras veces, los encargados de la elaboración de las croquetas, deciden “estirarlas” más allá y sustituir “la carne” por “la harina”, a fin de poder llevarse “la sustancia” para sus casas y, lo que sale a la venta para la población no es otra cosa que una harina saborizada en forma de croqueta.

Peor aún: sustituyen el bicarbonato de sodio por la harina.

Ahora que las croquetas, las gallinas decrépitas y las tripas están de moda en Cuba, un reportaje desde Las Tunas nos muestra la abnegada labor de estos hombres que, si por ellos fuera, no tendrían que intentar hacer más con menos, y le vendieran a la población directamente el pescado. Y también la langosta que tanto le gusta a Mariela Castro, y el camarón.

Producen, dice Luis Carlos Espinosa, Director de la Unidad Empresarial Básica, cerca de una tonelada mensual de embutidos de diversos tipos, hamburguesas y medallones, aparte de las populares croquetas.

Mientras se trabaja en la preparación y el avituallamiento de un salón pues existe la intención de producir enlatados.

El área está “prácticamente lista” y una vez que entre en marcha, esperan poder aumentar hasta los 600 kilogramos de embutidos.

Más adelante, refiere el reportaje, buscan consolidarse en el mercado interno. Primero local, del cual ya son líderes, luego en el nacional y más adelante, exportar al exterior.

Uno de los trabajadores entrevistados no habló nada de los pescados, sino de las medidas que se han tomado en la empresa para evitar el coronavirus.

El reportaje culminó con la entrevista a una trabajadora que lleva 37 años trabajando en el mismo lugar.

La anciana, identificada como Urbicia Frómeta, explica que lleva tanto tiempo ahí “porque le gusta trabajar” ya que ella podía haberse jubilado y se siente bien allí, a la par de que resuelve el plato fuerte en la cocina de su casa, algo que evidentemente no expresó la anciana que, si se jubila, tendría que “fajarse” en la red de comercio interno para poder alcanzar las hamburguesas, croquetas y medallones que actualmente pasan por sus manos.

por Ariel P.

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