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Cuba

Critican reapertura improvisada de La Habana

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Un joven periodista cubano critica con muy buenas palabras la reapertura improvisada de La Habana de un día para otro, y critica a la prensa oficial de la que él mismo forma parte.

¿De dónde vino él? ¿Del planeta Marte? ¿No sabe cómo funcionan las cosas en la prensa cubana?

Pavel López Guerra, un hombre que ha estado casi toda una vida vinculado a los medios oficialistas de la Casa Editora Abril, como las revistas Somos Jóvenes y Alma Mater y hasta en la Agencia Prensa Latina en La Habana, parece haber recordado -¿olvidado o nunca lo supo?- cómo es que funcionan las cosas en Cuba.

En una especie de “descarga emocional” en su perfil de Facebook, el joven ha criticado fuertemente la reapertura improvisada de La Habana anunciada de un día para otro por parte de las máximas autoridades; no de La Habana, sino del país.



Se nota que Pavel, desconoce que “la cosa” viene de arriba; o que bien lo dice el refrán: “cuando el hambre aprieta…”

Hasta anteayer por la tarde era “cuidémonos todos”. De un día para otro es “cuídese usted mismo“, señala acertadamente en su post en el cual manifiesta haberse “sorprendido” por el anuncio de las nuevas regulaciones para la movilidad social en condiciones de pandemia dentro de Cuba.

Justo antes,  habló de que son “muchos actores individuales y medios oficiales” los que están “celebrando de súbito el cuerpo de medidas desde una lógica, por momentos, netamente instrumental“.

¿Olvidó Pavel que los medios de prensa en el país, sobre todo la agencia Prensa Latina donde trabajó apenas tres meses, son meros instrumentos del gobierno? ¿Olvidó Pavel, o nunca supo, que a los periodistas y medios oficialistas si les mandan a menear la colita tienen que hacerlo? ¿Que es “desde arriba” donde orientan cómo escribir la noticia y qué noticias se pueden escribir y cuáles no?

Tal parece…

Lo bueno de este especie de “catarsis” en la que Pavel ha incurrido -que pudo haberla tenido en Prensa Latina pero hubiese tenido que tragársela- es que la soltó en Facebook, de manera pública, para que todos los “actores” que, por demás, “ya sea explícita o veladamente, denostan cualquier aproximación medianamente crítica al asunto” le echen el ojo.

Muchos asumirán por dentro que lo dicho por el joven es la verdad más verdadera, pero ni siquiera podrán darle un LIKE. Mucho menos resaltar cuando apunta:

Se me antoja “curioso” que muchos de los gestores de este cambio de política frente a la omnipresencia de la enfermedad, como en tantos países, no tendrán que sufrir los mismos niveles de exposición al contagio dentro de esta nueva dinámica social. A no todos los grupos sociales les tocará montarse en un transporte público, hacer colas por una ración de proteína animal o algún medicamento (…)

El chico termina su descarga diciendo que tampoco le parece “sensato ni ético la sentencia, mucho menos la mofa o desacreditación ciega, inocente u oportunista, a las dudas y temores de un parte significativa de la ciudadanía”.

Me he sorprendido desde el anuncio de las nuevas regulaciones para la movilidad social en condiciones de pandemia…

Posted by Pavel López Guerra on Friday, October 2, 2020

La descarga de Pavel en contra de quienes como él tienen que agachar la cabeza y teclear lo que les ordenan desde sus puestos en la prensa oficial, no deja de recordarme cierta “relación” que alguna vez sostuve vía Facebook con una de las periodistas “más oficialistas del momento”, cuyo nombre me reservo porque la verdad es que ni merece recordar el mal momento. O su nombre.

Estaban miles de cubanos sufriendo miles de penurias en Centroamérica, intentando pasar de país en país para llegar a la frontera norte de México. En Nicaragua, las fuerzas del gobierno de Daniel Ortega les dieron palos y lanzaron gases lacrimógenos contra decenas de cubanos y ella, vía chat de Facebook descargaba una rabia incontenible contra la ignominia. Decía, entre otras cosas que los nicaragüenses eran unos “malagradecidos”; que los cubanos “los habíamos sacado del analfabetismo y desparasitados”; que muchos cubanos habían “ofrendado sus vidas” en tierras de Nicaragua para que ahora, ellos golpearan así a los nuestros. Cuando le dije que lo expresara públicamente en Facebook, reconoció:

“No puedo”.

Y eso que en aquella época no multaban a nadie con 3000 pesos.

por Ariel P

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