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El “sueño americano” de Marcos Forestal terminó en pesadilla para el prometedor pugilista. Su carrera deportiva en el boxeo rentado, esa esperanza que lo hizo “desertar” de una delegación cubana, acaba de culminar en la últimas horas. Un jurado de  California lo halló culpable la víspera de la muerte de Krystil Kincaid y la sentencia de diez años otorgada por el juez pesan y pesarán demasiado sobre sus espaldas. Con 39 años, cuando Forestal salga de la prisión, a lo más que podrá aspirar es a convertirse en entrenador.

Triste final para un hombre al cual le presagiaban “grandes cosas” en el deporte de los puños. El propio boxeador sabía de su potencial y que, en Miami, no tendría las mismas oportunidades que en la costa oeste de los EE.UU.

Hacia allá se trasladó, pero un día cometió un par de errores. Bebió mientras dejaba afuera de un restaurante su carro parqueado. Ese fue el primer error. Beber mientras sabía que conducía. El segundo fue creer que “un par de tragos” no le haría nada ; que no mermarían su capacidad de respuesta a la hora de sentarse tras el volante. Y el tercero fue finalmente, encender su auto BMW y salir del lugar.

Todo ocurrió el 9 de septiembre de 2018.

Ese día, y en horas de la noche Krystil Kincaid, de 29 años y residente en San Jacinto (California), regresaba a casa en su minivan Chrysler. La mujer, embarazada de ocho meses y madre de otro tres niños, conducía tranquilamente por la carretera cuando el auto de Forestal, a gran velocidad, se le atravesó en la vía.

Los dos vehículos colisionaron. El minivan se incendió. Mientras se incendiaba, Forestal cometió un cuarto error: lejos de ir a socorrer a la víctima, agarró su teléfono celular y se puso a transmitir a través de la plataforma de Facebook Live.

“Se me atravesó un carro al frente y miren lo que le pasó a mi carro”, comentó el boxeador en el vídeo en vivo.

La mujer fue aerotransportada con rapidez a un hospital pero falleció dos días después.

Forestal, tras ser examinado y declarado “intoxicado” por la ingestión de bebidas alcohólicas terminó siendo arrestado. Luego de examinar la escena los investigadores hallaron que había sido él el culpable.

Así se declaró el en marzo de este año, culpable, logrando así disminuir la condena de homicidio vehicular mientras conducía bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Ahora, tres meses después, comienzan diez largos capítulos del fin de la carrera boxística de un hombre que prometía “grandes cosas”; cosas que se diluyeron una noche mientras, bajo los efectos del alcohol, conducía de regreso a casa.

 

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