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Florida

Comenzó “La Fiebre del Agua” en Miami

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Dorian se aproxima a las costas de la Florida. El agua en Miami, en las tiendas, comienza a escasear, por culpa de esos residentes “acaparadores”.

“La Fiebre del Agua”, una especie de “cacería” del preciado líquido que sucede casi todos los años cuando se aproxima un huracán a las costas de la Florida, y con diferencias, claro, a la llamada “Fiebre del Oro” ocurrida en California entre 1848 y 1855, ha comenzado en Miami. ¿El culpable? Dorian.

El huracán se aproxima a las costas de la Florida, intensificándose a medida que avanza, y de igual modo los residentes en la ciudad de Miami se lanzan, al igual que muchos se aventuraron durante la llamada fiebre del oro que comenzó el 24 de enero de 1848 – tras el descubrimiento hecho por James W. Marshall en Sutter’s Mill, Coloma, California -a conseguir agua en la ciudad.

La imagen de portada no es de una tienda en Cuba, ni en Venezuela -por mencionar dos países del área donde la escasez de productos en las tiendas es recurrente-, pero sin dudas, pudiera parecer toda una tienda. Esta es la única época del año en que, esta parte de los estantes de las tiendas, donde venden el agua, dan la impresión errónea. No dudemos que, como a veces suele suceder, un malintencionado periodista la use para decir algo érroneo.

Agua en Miami

Foto: Cuballama

Pero al menos así, estaba esta mañana una tienda del SW de Miami.

Agua en Miami

Así están diciendo los residentes de la Florida ahora mismo

De igual modo estaba el estante del agua de la tienda Navarro, sita en la Carlyle y 71th St., en North Miami Beach esta mañana. Allí, ni siquiera tenían previsto la llegada del agua en el día de hoy.

En el mercado “Tropical”, ubicado en las cercanías de Normandy Dr., quedaban 12 cajas de agua Dasani – a $6.99 -; 4 Zephyrhills, a $4.99, de las cuales se apoderó este redactor; y una de Nestlé, Pure Life, a $3.99, de la cual me apoderé también.

No es que yo sea uno de esos empededernidos buscadores y acaparadores de agua; de hecho, creo que compre pocas.

Nadie, ni siquiera quien escribe estas letras y mira ahora mismo el parte del tiempo sobre el huracán Dorian, sabe qué sucederá en los próximos días.

¡Hay que estar preparados!

por Roberto A.

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