EEUU
Charles Finch, libre tras 43 años preso injustamente
Charles Ray Finch, un hombre que pasó 43 años en prisión tras haber sido víctima de manipulación de pruebas y testigos que finalmente condujeron a su larga sentencia, ha salido en libertad.
Su caso había sido reconocido como una de las grandes injusticias dentro del sistema de justicia norteamericano. Probablemente el verdadero autor del crimen por el cual pagó Lynch aún esté suelto o haya muerto en libertad, pero la criminalidad racial jugó su nefasto papel en este hombre, que debió permanecer 43 largos años en prisión.
De hecho, Finch fue condenado a pena de muerte; pero cuando Carolina del Norte, estado que le juzgó y condenó renunció a la pena de muerte, su sentencia se transformó en una cadena perpetua. Ambas, en su caso, una vergüenza.
Finch fue condenado a muerte en julio de 1976, luego de ser declarado culpable del asesinato de un comerciante durante el atraco de una gasolinera. El hombre siempre sostuvo su inocencia pero la policía necesitaba encontrar un culpable. La Fiscalía también.
La primera de ellas manipuló las pruebas balísticas para incriminar a este hombre afroamericano que hoy, con 81 años ve la luz del sol por primera vez tras cuatro décadas.
No contentos con eso, cuando fue presentado en la famosa “ronda de testigos” – esa donde colocan a varios sujetos para que un testigo – o varios – del hecho identifiquen al culpable, a Fynch lo obligaron a vestir una larga chaqueta, curiosamente similar a la del hombre que atracó la gasolinera. Ninguno de los demás posibles sospechosos que se pararon a su lado vestía igual. Como resultado de tal manipulación, Finch fue “identificado”.
Nadie nunca supo de tal atrocidad hasta el año 2002 en que un grupo de jóvenes, estudiantes de derecho, detectó el error judicial y decidió reabrir el caso. Al revisar el expediente encontraron más fallas. Desde entonces, un largo camino debió recorrerse para logar que su sentencia fuera revisada.
Fue finalmente en enero de este año que una corte de apelaciones declaró que si el jurado hubiera tenido conocimiento de estas manipulaciones, probablemente no habría condenado a Finch y anuló el veredicto.Es la sentencia de muerte 166 exonerada en EE.UU., y el 18º caso de una persona que ha pasado más de 25 años en una prisión.
El pasado mes de mayo, Finch salió en silla de ruedas tras haber permanecido 43 años en la cárcel por un asesinato que siempre dijo que no cometió.
“La liberación de Finch ilustra la incapacidad del sistema de justicia de proteger a personas inocentes en casos de pena de muerte, especialmente a los presos de color”, comentó el director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, DPIC, Robert Dunham.
A pesar de eso la Fiscalía intentó realizar un nuevo juicio, pero el 14 de junio, un fiscal reconoció que resultaba imposible organizar un nuevo juicio puesto que los testigos de la época estarían ausentes, y se canceló el procedimiento
Charles Ray Finch, vuelve a ser un hombre libre.